El colectivo denuncia las dificultades que afronta frente a las ventajas fiscales de las grandes empresas
La desaceleración, la inestabilidad y la incertidumbre son las causas que están «pasando factura» al colectivo de autónomos. Eso cree el presidente de su asociación (ATA), Lorenzo Amor. Las cifras no dejan lugar a dudas: por primera vez desde que hay registros, el número de asalariados a cargo de autónomos ha caído en España. Ha sido un descenso ligero, de 9.885 trabajadores (1,1 %) respecto al 2018, pero da una idea de las dificultades que están afrontando sin poder disfrutar de las ventajas fiscales y facilidades que tienen las grandes empresas.
Según las estadísticas que maneja la asociación, no solo bajaron los asalariados dependientes de ellos (hoy son 877.208), en el último año también se redujo el número de autónomos con trabajadores a cargo en un 1,3 %, hasta situarse en los 428.465. Todo ello a pesar de la tendencia al alza en la afiliación al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), que engordó con otras 14.389 nuevas altas.
Salario mínimo
Desde la asociación apuntan que «se ha visto mermado el tamaño de las empresas dirigidas por autónomos» y que todos los que tienen trabajadores «han reducido sus plantillas». La caída se produce en un escenario de ferviente debate por la subida del salario mínimo interprofesional (SMI), que rechazan siete de cada diez autónomos. Más de la mitad, según las consultas de ATA, creen que afectará mucho a sus negocios y solo uno de cada diez consideran que se dan las condiciones para ampliar plantilla este año.