Calviño pide a Europa una respuesta a medio plazo además del paquete de 500.000 millones

Los ministros de economía intentan llegar a un pacto tras cuatro fracasos

Antes del comienzo de la reunión de los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro, la vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño, ha recordado la importancia de que el Eurogrupo apruebe un instrumento de liquidez extraordinario que proteja a los ciudadanos, que financie el gasto sanitario y que ayude a los Estados, y ha señalado que esta red de seguridad podría suponer 500.000 millones de euros a corto plazo. “Un primer paso”, ha dicho, que debe seguir avanzando, ya que, ha insistido, también se necesitan medidas preventivas y de liquidez a medio y largo plazo. “En el ámbito internacional es imprescindible un mayor grado de coordinación y contar con herramientas para que la Unión Europea haga honor a su nombre”, ha recalcado.

A lo largo de todo el día, los ministros de Finanzas y Economía han estado intentando acercar el acuerdo sobre la respuesta económica al impacto del coronavirus con múltiples contactos previos a la reunión de esta tarde, que intentará desbloquear un pacto que por ahora se resiste por el enfrentamiento entre Países Bajos e Italia. Hasta ahora, los líderes europeos han fracasado en cuatro ocasiones a la hora de buscar una respuesta coordinada ante la pandemia del coronavirus y la crisis sanitaria y económica.

La videoconferencia anterior fue suspendida este miércoles tras 16 horas de negociaciones y desde entonces “ha habido muchas reuniones en muchos formatos”, a nivel técnico pero también a nivel de ministros, según han explicado distintas fuentes comunitarias. El departamento de la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, también está manteniendo “diversos contactos a distintos niveles” desde este miércoles por la mañana, apuntan fuentes diplomáticas.

La propuesta del Eurogrupo se basa en la movilización total de unos 500.000 millones de euros. El plan orquestado por Bruselas se articula en tres patas: las ayudas propuestas por la Comisión para luchar contra el paro a través del fondo Sure (100.000 millones), la inyección del Banco Europeo de Inversiones (hasta 200.000), y la activación de parte del MEDE y sus créditos (otros 200.000 millones). De mutualizar y compartir deuda y riesgos a través de coronabonos u otro tipo de eurobonos, algo que sigue pidiendo Italia y de alguna forma también España y Francia, no quieren ni oír hablar en Países Bajos, Austria o Finlandia, que tampoco aprueban ni la creación de un seguro contra el paro ni el Plan Marshall propuesto por España.

A pesar de que París y Berlín continúan con sus diferencias con respecto a la emisión de deuda común para financiar el plan de recuperación a medio plazo, sus ministros Bruno Le Maire y Olaf Scholz, respectivamente, hicieron un llamamiento a la responsabilidad tras la reunión virtual fallida anterior.

Más allá del desencuentro sobre los eurobonos, Francia y Alemania comparten la urgencia de desbloquear el paquete de medida a corto plazo y de comenzar a diseñar el fondo que apoyará el relanzamiento posterior a la emergencia sanitaria.

Y el bloqueo reside precisamente en las diferencias entre Países Bajos e Italia en estos dos puntos. El holandés Wopke Hoeksrta sigue reclamando que el acceso a los fondos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) esté vinculado a la adopción de reformas económicas de calado después de superar la crisis sanitaria.

Por contra, el italiano Roberto Gualtieri insiste en que las líneas de crédito del fondo europeo de rescate no lleven aparejada ningún tipo de condicionalidad y además exige la emisión de deuda común para financiar la recuperación posterior, algo que La Haya rechaza con contundencia. Mientras tanto, el paquete de medidas que supondría hasta medio millón de euros en préstamos para los socios comunitarios, las empresas y los desempleados a través del MEDE, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el fondo contra el paro de la Comisión Europea sigue sin salir adelante.

Durante las horas previas a la cumbre han sido varios los mensajes cruzados públicamente entre varios de los líderes europeos. Esta mañana, el Primer Ministro italiano, Giuseppe Conte, ha recordado que “si Europa no logra elaborar una política monetaria y financiera adecuada para el mayor desafío desde la Segunda Guerra Mundial, no sólo los italianos, sino todos los ciudadanos europeos, estarán profundamente decepcionados”.

Polémica con los coronabonos

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, quitó hierro a la falta de acuerdo entre los miembros de la eurozona sobre los “coronabonos” e insistió en que por su parte dispone de los instrumentos para garantizar que ningún Estado quebrará.

“Si algunos puntos son laboriosos” en la negociación para mutualizar la deuda “no es sorprendente”, señaló en una entrevista este jueves en la emisora “France Inter” en la que subrayó los “progresos” que se han conseguido en esa negociación del Eurogrupo, que tuvo que ser aplazada el miércoles por la mañana después de una sesión maratoniana por falta de acuerdo. “La idea de un fondo de reconstrucción financiado colectivamente sería formidable. Pero no creo que estemos ahí todavía”, constató.

En cualquier caso, en otra entrevista en “Le Parisien” se esforzó en dar tranquilidad porque “el BCE está listo, dispone de todas las herramientas y aportará el escudo necesario para preservar la zona euro”. Y sobre la posibilidad de utilizar otras soluciones adicionales a las que se han presentado en caso de que la situación empeorara, respondió que sí, pero sin precisar cuáles para mantener el efecto sorpresa.

La exministra francesa y exdirectora del Fondo Monetario Internacional dijo que le parece “totalmente impensable” la anulación de las deudas de los países del euro, aunque se esforzó en evacuar la cuestión con el argumento de que no es el momento de plantearla.

“La amortización se hará en un periodo largo”, superior a los diez años, indicó tras reconocer que la deuda pública va a aumentar de forma significativa, teniendo en cuenta que, sumadas las medidas presupuestarias y las líneas de crédito ya anunciadas, representan el 19% del producto interior bruto (PIB) de la eurozona.

Vía: https://cincodias.elpais.com