En un acto sobrio, de apenas dos minutos de duración y sin más palabras que una voz en off que explicaba lo que iba a suceder. Así de frío ha sido el acto en el que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha firmado este lunes el pacto que se cerró el viernes entre el Ministerio de Trabajo con los sindicatos y las patronales. También lo han suscrito los líderes de CC OO, UGT, CEOE y Cepyme. El acuerdo, por el que los ERTE por fuerza mayor se desligarán de la declaración del estado de alarma y se prolongarán hasta el 30 de junio, tomará este martes la forma de decreto ley y verá la luz en el Consejo de Ministros.
Apenas hace unos meses que se firmó otro acuerdo solemne en La Moncloa, el que alcanzó también la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, con los mismos agentes sociales. La diferencia entre un acto y otro es abismal. En la foto de hoy había, incluso, más protagonistas además de los firmantes, pero la distancia entre ellos era grande, como marcan las normas para luchar contra el coronavirus. El acto, en realidad, se reduce a una foto que ha obligado a los líderes empresariales, Antonio Garamendi (CEOE) y Gerardo Cuerva (Cepyme) a ir a Madrid desde Bilbao y Granada, donde tienen sus domicilios particulares y están pasando estas fechas de confinamiento.
De la importancia que da el Gobierno a la foto de este acuerdo, habla, sobre todo, esto último, que los presidentes de las patronales hayan acudido a La Moncloa desde puntos alejados de Madrid pese a la situación actual. Y también la asistencia de ministros al acto. Había bastante distancia social, no hubo los típicos corrillos posteriores a estos actos, nadie hizo declaraciones en el complejo de Presidencia del Gobierno como en otras ocasiones, pero allí han estado el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, la titular de Trabajo, la responsable de Hacienda, María Jesús Montero, la vicepresidenta tercera y ministra de Economía, Nadia Calviño, y el vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales, Pablo Iglesias, además de los cinco firmantes.
El acuerdo permite que los ERTE por fuerza mayor, que estaban vinculados a la declaración de estado de alarma, tenga ahora otro horizonte de vigencia: una fecha concreta, el 30 de junio. También prolonga las exoneraciones de cotizaciones actuales para las empresas que sigan obligadas a tener la actividad paralizada (100% para las de menos de 50 trabajadores y 75% para las de más) y las reduce algo para las compañías que vayan volviendo paulatinamente al trabajo. Y, además, aclara que la exigencia de mantener el empleo durante seis meses o, de lo contrario, pagar lo no cotizado empieza a contar desde que las empresas recuperan la actividad y sacan del ERTE al primer trabajador.
A pesar de que tras el acto no ha habido declaraciones, las organizaciones firmantes sí que han hecho llegar comunicados y difundidos vídeos. Para el secretario general de CC OO, Unai Sordo, el pacto es importante porque ofrece certeza sobre los ERTE, una herramienta que “ha salvado, en estos dos meses de paralización intensa de la economía, cientos de miles de puestos de trabajo en España”. El líder de UGT, Pepe Álvarez, también ha puesto en énfasis en este punto y ha señalado que con el pacto “no hay bastante” y que el Gobierno tiene que poner en marcha un plan de empleo que reactive el consumo interno.
CEOE, por su parte, pone el foco en que el acuerdo abre “un nuevo proceso de negociación para ampliar el acompañamiento a las empresas y personas trabajadoras más afectadas más allá del mes de junio”. Se refieren los empresarios a la comisión tripartita que contempla el pacto para que entre el Gobierno, los sindicatos y los empresarios se analice a partir de ahora cuál es la situación de cada sector para así mantener las ayudas o adaptarlas más allá del 30 de junio. Este subrayado tiene bastante de mensaje interno, ya que, según apunta una fuente empresarial, no todos los sectores y organizaciones que integran la confederación empresarial se encuentran satisfechos.
Vía: https://elpais.com