La tasa de desplazamientos fuera de Galicia por motivos de trabajo escala al 6,5% del total de contratos firmados | La comunidad, cuarta con el mayor saldo negativo de todo el país

En el periodo comprendido entre agosto de 2024 y agosto de 2025 las afiliaciones a la Seguridad Social en Galicia medraron en más de 18.300 efectivos. Más de la mitad de estas altas correspondieron a personas de origen extranjero, como constatan las cifras oficiales. De hecho, fueron los migrantes los que salvaron los muebles del régimen especial de trabajadores autónomos (RETA), porque sin su contribución —se registraron 1.135 profesionales por cuenta propia de fuera de España— el balance habría sido de unos abultados números rojos. El hecho es que la entrada de este colectivo de trabajadores también está ayudando a paliar el éxodo de mano de otra de Galicia a otras comunidades autónomas, especialmente de menos de 45 años. Es una constante; no ha dejado de serlo nunca, según el Observatorio de las Ocupaciones que elabora el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
La movilidad interautonómica de la contratación sucede cuando se tiene que producir necesariamente el desplazamiento de un trabajador por la ubicación del nuevo centro de trabajo. Si en el año 2015 esa tasa de movilidad —es la proporción de contratos que han implicado desplazamiento sobre el total— era del 4,36%, a cierre de 2024 avanzó hasta el 6,5%. Son más de dos puntos porcentuales pero, en evolución, equivale a un incremento superior al 45%. El detalle de estas cifras es el siguiente: el año pasado se formalizaron 722.348 contratos en la comunidad, una cifra notablemente inferior a la de ejercicios precedentes debido a la última reforma laboral. De este total, algo más de 684.000 contratos implicaron permanencia, mientras que se registraron 38.129 entradas (de otras partes del país) y más de 56.700 salidas. ¿Qué significa esto? Que el saldo fue negativo en casi 18.600 trabajadores: sería el equivalente a más de 350 contratados por semana. Dicho de otro modo, Galicia es capaz de captar profesionales, pero pierde muchos más por el camino. La comunidad, resume el SEPE, es la cuarta con mayor saldo negativo de todo el territorio estatal.

La mayor parte de las salidas se consumaron a la Comunidad de Madrid (18.233), más del doble de los desplazamientos a Cataluña (8.090) y a Andalucía (5.169). En cuanto a las entradas, también fue Madrid la principal emisora (8.398), por encima de Andalucía (5.916) y Castilla y León (4.263). La movilidad geográfica por contratación es acusadamente más fuerte entre las personas de menor edad, con una tasa de movilidad que ronda el 7%. Aunque, también en lo relativo a este porcentaje, están a la cabeza los profesionales de alta dirección (15% de tasa de movilidad) y los técnicos y profesionales científicos (12,7%). El único sector con peso que presenta un saldo positivo es la construcción, que captó 895 contratados más de otras regiones frente a los que salieron.