- Es el nivel más alto en la última década según un estudio
- En el caso de las comunes de la Seguridad Social, crecen un 138% desde 2013
- Navarra y Cataluña se sitúan en cabeza con cerca de 600
El absentismo y las bajas laborales siguen al alza y en 2023 registraron los mayores niveles de la última década. En toda España el año pasado se registraron más de 450 bajas laborales de incapacidad temporal por cada mil trabajadores, una cifra que supone la máxima incidencia desde 2013, según recoge el último Estudio sobre los determinantes del absentismo laboral, que elaboran Umivale Activa y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).
El análisis recoge que el incremento de las bajas en este periodo se ha producido tanto en las que gestionan las mutuas como las que tramita la Seguridad Social, aunque de una manera muy disinta. Así, en el caso de las ausencias laborales por contingencias comunes, esto es, las más habituales, la incidencia anual de las gestionadas por mutuas se situó en 409 bajas por cada mil trabajadores en 2023, un 67% más respecto a 2013.
En el caso de las correspondientes a la Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) el volumen más que se duplica, con un incremento del 138% respecto al año 2013 en el caso de las personas trabajadoras que tienen la cobertura de contingencias comunes, con 414 nuevos procesos por cada mil ocupados.
Si se analiza las bajas por enfermedad profesional o accidente de trabajo, es decir, una baja producida en el desempeño de su actividad laboral, la incidencia es más moderada, con 41,6 nuevos procesos por cada mil trabajadores en el caso de las mutuas, y 59,6 en los procesos gestionados por el INSS.
Otra de las conclusiones relevantes del documento, es que cifra en más de 396 millones de jornadas laborales las que se perdieron en España el año pasado como consecuencia de los procesos de incapacidad temporal (IT), una cifra que supone elevar en un 62% las jornadas perdidas en 2018.
Para valorar el alcance de esa cifra, el informe señale que equivale a que 1,1 millones de trabajadores no hubiera acudido a su puesto de trabajo ningún día del año pasado o a una media de 20 días de ausencia al año por trabajador, tan solo por incapacidad temporal, sin tener en cuenta el resto de posibles ausencias.
Baja ligeramente la duración
Por el lado positivo, el aumento de la incidencia se ha cisto acompañado de un ligero descenso en la duración media de las bajas, hasta situarse en niveles por debajo de las cifras prepandemia. Así, en el caso de las bajaos por contingencia común, 91% del total, el plazo medio se sitúa en 34,4 días, frente a los 41 días del bienio 2018-19. En el caso las contingencias profesionales, que solo representan el 9% del total, la duración de las bajas en la actualidad registra de nuevo cifras similares a 2018, con 37,3 días de media.
Este descenso de la duración media se observa tanto en los procesos gestionados por las mutuas como en el INSS, aunque en el caso de las primeras la duración media es un 20% inferior a las del INSS. Pese a ello, los autores del estudio también advierten que se ha detectado que en los procesos de larga duración, la duración media de los mismos ha aumentado.
Esta rebaja de la duración media de las bajas no ha compensado el fuerte aumento de la incidencia, que es el factor fundamental de “la creciente intensidad del absentismo y el porcentaje de jornadas perdidas”.
Navarra y Cataluña, a la cabeza en bajas
El informe también analiza la incidencia por territorios. Las conclusiones son que Navarra y Cataluña se sitúan a la cabeza, con el entorno de 600 bajas por cada mil trabajadores protegidos. En el otro lado de la balanza se encuentran Extremadura, Asturias y Galicia, con menos de 300 bajas registradas.
También la duración de los procesos es notablemente dispar entre comunidades autonómicas. Dos de esas regiones con menos bajas, Extremadura y Galicia, sin embargo lideran el plazo medio de las mismas, al superar los 60 días de media. En la otra cara de la moneda, en Baleares, Madrid, Cataluña o Navarra la duración media de las bajas no llega ni a la mitad, ya que se sitúa en torno a los 25 días o incluso por debajo de ese nivel.
El indicador del porcentaje de jornadas perdidas también varía notablemente de unos territorios a otros. Melilla, Canarias, Galicia y el País Vasco, donde se pierden al año cerca de un 7% de las jornadas potenciales, encabezan esa clasificación. Por su parte, Madrid, La Rioja y Baleares registran el menor porcentaje de jornadas perdidas, que ronda un 4,5% del total.