La pérdida de facturación para acceder a la compensación se rebaja al 45 %
Los representantes de los hosteleros y la Xunta acordaron ayer un plan de rescate para el sector que eleva las ayudas de 12 a 17 millones de euros y rebaja del 50 al 45 % el nivel de pérdida de facturación exigido para poder acceder a ellas. A cada establecimiento afectado le corresponderán, por tanto, entre 6.700 y 9.200 euros en función del número de empleados y el tiempo de inactividad al que se están viendo obligados por la pandemia del coronavirus.
El vicepresidente Alfonso Rueda y la conselleira de Emprego, María Jesús Lorenzana, que se reunieron con el presidente del Clúster de Turismo de Galicia y representantes provinciales, mostraron su compromiso para que las ayudas se tramiten de forma ágil y sencilla y agradecieron al sector su voluntad de diálogo para firmar el acuerdo y que las ayudas empiecen a recibirse desde diciembre. Sin embargo, Rueda volvió a insistir en la necesidad de que el resto de Administraciones, Gobierno central, concellos y diputaciones, se impliquen en este esfuerzo colectivo.
Una reivindicación que comparte el presidente de la asociación de Lugo, Cheché Real, para quien «as axudas sempre son mellorables», pero que califica el acuerdo como «satisfactorio», más que nada porque, al fin, «hai unha mesa na que está representada a hostalaría» y con la Xunta sentada a dialogar. De ahí que también quisiese agradecer la respuesta del vicepresidente y la conselleira.
En la misma línea, el representante de A Coruña, Héctor Cañete, hace «una valoración positiva» porque han conseguido «incrementar esos 12 millones para el sector en cinco millones más». También destaca el compromiso para que el dinero llegue de «forma fácil e inmediata, a través de un mecanismo de la Xunta con una declaración responsable» que permitirá que «desde que se abra el plazo de solicitud se pague en una semana». Ya que prevén que la resolución se publique en el DOG el próximo viernes, entiende que «los primeros pagos se recibirán en los días iniciales de diciembre» y ese, dijo, es un motivo de satisfacción.
Sobre lo que no les dio demasiada información la Xunta a los hosteleros fue sobre las perspectivas de abrir o no en las zonas que están cerradas. Según explicó Cheché Real, les aseguraron que están abiertas las tres opciones para el comité clínico de hoy: que siga todo como está, que se levante alguna limitación o que se sumen nuevos concellos.
También coinciden las consellerías y los hosteleros en la importancia de que este canal de comunicación siga abierto para desarrollar y adaptar el plan a las circunstancias que se vayan dando. Está estructurado en tres programas diferentes y compatibles entre sí, que van dirigidos a autónomos, microempresas y autónomos con personal a cargo y establecimientos ubicados en algunos de los concellos con mayor incidencia epidemiológica y, por tanto, afectados por cierres.
Hostalaría Compostela ve insuficientes las ayudas y pide un acuerdo global
Hostalaría Compostela, aunque valora «o esforzo do Goberno galego por aumentar as cuantías das axudas», ha decidido no sumarse al acuerdo junto a la Administración y el resto de representantes del sector, porque las siguen considerando insuficientes y creen que el rescate «non se pode limitar a un balón de osíxeno no momento actual». Piden un programa más amplio enfocado a abrir los establecimientos con las medidas necesarias.
«Precisamos un acordo global que nos indique como se vai traballar e que solución se lle dá a aqueles locais que non van poder facelo». El objetivo es «traballar coas medidas hixiénicas e sanitarias que se consideren e ter unha alternativa, incluso de reconversión, para aqueles establecementos que se lle prevén dificultades por razón de espazo».
También solicitan, «en base aos datos obxectivos actuais da pandemia», que se revisen las restricciones impuestas en Santiago y los concellos de su entorno que tienen unas cifras más favorables.
En cualquier caso, Hostalaría Compostela sigue abierta al diálogo, reconoce que «a saúde e a vida teñen a máxima prioridade», pero también hay que buscar un equilibrio para que sobrevivan los negocios.
