La producción industrial continúa un 24% por debajo de los niveles de hace un año
Finalmente, la economía empieza a dar señales de recuperación tras cumplir con los peores pronósticos durante los meses más duros del confinamiento. Ahora la nota positiva viene del índice de producción industrial: después de experimentar el peor hundimiento de la serie histórica, en mayo llegó el esperado efecto rebote con un alza del 14,7% respecto al mes anterior. Así lo confirman los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) este lunes, que sin embargo dejan espacio para otra lectura, menos halagüeña. Pese al repunte, la actividad industrial sigue un 24,5% por debajo de los niveles de hace un año, y apunta a que habrá que esperar todavía para poder hablar de brotes verdes. El comercio también vivió un fuerte rebote en mayo en toda la eurozona.
“Es una recuperación esperable, pero modesta”, valora María Jesús Fernández, economista sénior de Funcas. En otras palabras: una vez tocado fondo es difícil caer más. El pasado abril, la actividad industrial sufrió un golpe monumental, nunca visto desde el inicio de la serie histórica en 1976. La caída fue entonces del 34,1% en términos interanuales y del 22,1% con respecto a marzo, cuando el índice ya había experimentado el primer fuerte descenso tras la declaración del estado de alarma. “De la caída de marzo y abril solo se ha recuperado la tercera parte”, apunta Fernández, “y creo que se va a tardar todavía bastante para volver a los niveles previos”.
Mientras tanto, los sectores industriales que más sufrieron el cerrojo de marzo y abril ―los de bienes de consumo duradero y de bienes de equipo―, fueron también los que en mayo tuvieron mejor comportamiento, con los incrementos mensuales más elevados, del 100% y del 51,2%, respectivamente. Si se baja más al detalle, la fabricación de vehículos (+362,9%), la industria del cuero y calzado (+159,7%) y la fabricación de muebles (+96,6%) fueron las que más se beneficiaron de la desescalada y de la vuelta paulatina a la actividad en el quinto mes del año.
La estadística del INE no es la única que arroja datos positivos y deja margen para esperar que lo peor ya sea cosa del pasado. Este mismo lunes, la oficina estadística europea Eurostat ha publicado las cifras de las ventas del comercio minorista del mayo, que reflejan un avance del 17,8% en la zona euro. También desde Alemania llegan noticias alentadoras: los nuevos pedidos a las fábricas de ese país avanzaron un 10,4% entre abril y mayo tras sufrir una caída récord en la actividad durante el confinamiento. Y hay más: la semana pasada, el índice PMI elaborado por la consultora IHS Markit ―a través de una encuesta de percepción a los directores de compras de cientos de compañías en varios Estados de la zona euro― se apuntó su mejor resultado desde el pasado febrero.
Sin embargo, en todos los casos hablar de recuperación parece más un espejismo que una realidad. Tanto en el caso del índice PMI como en el caso de la industria alemana, cuyos pedidos siguen casi un 30% por debajo del primer trimestre del año y del mismo periodo de 2019. También en el caso de la actividad industrial española la instantánea es la misma: el rebote de mayo es notable pero aún no es suficiente para recuperar por completo el terreno perdido. En términos interanuales, es decir en comparación con los niveles de mayo de 2019, la evolución sigue siendo negativa (-5,1%), aunque la caída es menos severa que la registrada en marzo y abril, cuando el retroceso llegó a ser de dos dígitos ―del 8,3% y del 19,6%, respectivamente―.
Es que los coletazos de la crisis económica causada por la pandemia de la covid-19 han sido devastadores en el segundo trimestre del año, según las previsiones de los principales organismos y casas de análisis. El Banco de España calcula que, tras descender el PIB un 5,2% entre enero y marzo ―como efecto de tan solo dos semanas de confinamiento―, entre abril y junio la actividad ha descendido entre un 16% y un 21,8%. La Autoridad Independiente para la Responsabilidad Fiscal (Airef), por su parte, pronostica una caída del 14% para el mismo periodo. También las previsiones elaboradas por Funcas apuntan a que en el segundo trimestre del año la economía ha seguido en terreno negativo, con caídas entre el 18% y el 20%. Los primeros efectos globales de la recuperación en el PIB, explica Fernández, llegarán en el tercer trimestre, con un avance de entre el 15% y el 17%.
En el caso de la producción industrial española, todas las actividades registraron descensos en tasa interanual. Las categorías de confección de prendas de vestir y fabricación de vehículos fueron las más castigadas, con un retroceso del 80,6% y del 63,1%, respectivamente. La industria química (−13,4%), captación, depuración y distribución de agua (−13,6%) y la industria del papel (−14,5%), por otro lado, fueron las que menos redujeron su producción respecto a mayo de 2019.
“Prever hasta dónde puede llegar la recuperación es lo más difícil”, señala Fernández. Las variables en juego son muchas, tanto internas como externas. “Por ejemplo, en el sector del automóvil pesa mucho lo que ocurre en ámbito internacional, mientras que otros están más orientados hacia la demanda interna, por eso es muy complicado hacer pronósticos por actividades, porque hay tanta incertidumbre sobre cómo puede ser comportarse la demanda doméstica pero también hasta que punto se va a restablecer la cadena producción y la demanda internacional”.
Analizando los datos por sectores industriales sin corrección de calendario, los retrocesos interanuales se han situado en el en torno del 40,9% en los bienes de consumo duradero, del 39,7% en los bienes de equipo, del 26,9% en los bienes intermedios, del 23,7% en los bienes de consumo no duradero y del 17,6% en la energía. Los índices corregidos de efectos estacionales y de calendario presentan también tasas negativas en todos los sectores: bienes de consumo duradero (-36,5%), bienes de equipo (-36,4%), bienes intermedios (-23,4%), bienes de consumo no duradero (-19,6%) y energía (-16,6%). El mayor dinamismo se observa en la industria de bienes de consumo duradero y en la de bienes de equipo, que fueron los que más sufrieron una mayor parálisis en abril. Nuevamente, un claro efecto rebote.
La producción industrial también disminuyó en mayo en todas las comunidades en tasa interanual. Los mayores descensos se produjeron en Baleares (-35,8%), Aragón (-33,8%) y Galicia (-33,6%), mientras que los menores los experimentaron Murcia (-17%), Castilla-La Mancha (-20,6%), Canarias (-22,2%) y Madrid (-23,3%).