Lo más difícil, la investidura, que costó 10 meses y dos elecciones generales, ya está hecho. Pero ahora hay que gobernar. Toda la maquinaria se pone ya en marcha para las tomas de posesión de hoy, el primer Consejo de Ministros del martes y las primeras medidas, presumiblemente el viernes en otro Consejo. Tanto Sánchez como Pablo Iglesias, líder de Unidas Podemos, son conscientes de que cada gesto de estos primeros días cuenta mucho. Así que uno de los primeros objetivos políticos del Ejecutivo de coalición, según fuentes de ambos grupos, será lograr un acuerdo con empresarios y sindicatos para una de las medidas clave: la subida del salario mínimo, que se prevé muy moderada porque la del año pasado, también pactada por ambos partidos, fue una de las mayores de la historia: 22%, hasta 900 euros.
Unidas Podemos ha aceptado en el acuerdo programático una fórmula moderada —subida hasta el 60% del salario medio durante toda la legislatura— y todo indica que este año ese primer incremento sería limitado, aunque no está todavía cerrado. La idea de una primera subida hasta los 1.000 euros, que se planteó durante la negociación, parece así alejarse en este momento. Otra de las primeras grandes medidas, la subida de las pensiones, está más clara: el 0,9% que ya anunció el Ejecutivo y dejó en suspenso hasta la investidura.
Si se lograra ese acuerdo con patronal y sindicatos, el mensaje que se trasladaría así en la primera semana, a falta de otro tipo de medidas sociales que puedan plantearse, es la de que se trata de un Gobierno de claro enfoque progresista pero consciente de la situación económica y que apuesta por la moderación desde el inicio. La fotografía de un primer encuentro de empresarios, sindicatos y un Gobierno en el que hay ministros de Unidas Podemos —precisamente la de Trabajo es Yolanda Díaz, una dirigente de IU muy cercana al mundo del sindicalismo y a Pablo Iglesias— tendría un fuerte impacto como mensaje de Gobierno conciliador.
No es seguro que se logre esta misma semana, pero se intentará cuanto antes porque es algo que interesa tanto al PSOE como a Unidas Podemos, y además mostraría desde el primer momento que el Ejecutivo de coalición actúa de manera coordinada.
Sánchez ha querido consolidar claramente la idea de la moderación con la propia elección de sus ministros, algunos de perfil económico, independiente y centrado. Y este domingo, en su comparecencia sin preguntas —la primera rueda de prensa llegará el martes— insistió varias veces en esa idea de que es un Ejecutivo de coalición —el primero desde los años treinta— donde cohabitan culturas políticas y líneas ideológicas diferentes.
El Gobierno lo forman desde personas que vienen de la izquierda radical, como los dirigentes de Unidas Podemos, hasta otros de ideas más cercanas al centro político y la ortodoxia económica como la ministra de Economía, Nadia Calviño, el de Seguridad Social, José Luis Escrivá —exresponsable de la Airef— o la ministra de Exteriores, Arancha González. Sánchez admite desde el primer momento que eso será un reto, aunque está convencido de que el Gobierno “hablará con varias voces pero siempre con una misma palabra”.
“Es un Gobierno plural, de coalición, pero con firme propósito de unidad. Tiene una orientación progresista amplia y plural, con distintos enfoques. La composición es tan plural como la mayoría progresista que apoya a este Gobierno y la mayoría social que aspira a representar”, remató el presidente para tratar de tranquilizar a los que puedan sentirse inquietos, en especial en el mundo empresarial, ante la novedad de la entrada de Unidas Podemos en el Ejecutivo. Ahora queda por ver cuál es la reacción de la patronal ante ese primer intento del Gobierno de buscar el diálogo social. Sánchez insistió mucho en que será la legislatura del “diálogo social, territorial y generacional”.
Sánchez ha querido marcar un claro perfil económico en su elección de los titulares de las carteras, entre otras cosas para evitar que el debate político se centre en Cataluña, un asunto muy delicado para el PSOE. Pero es consciente de que necesitará los votos de ERC no solo para la investidura, sino también para los Presupuestos, que serán la medida estrella de este primer año. Así que Cataluña volverá una y otra vez a la primera línea. Pero de momento, en estos primeros días, el Ejecutivo quiere poner el foco en sus medidas económicas y sociales y en este intento de entendimiento con patronal y sindicatos.
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