La riqueza de la comunidad se reparte cada vez entre menos gente, lo que facilita que el PIB per cápita suba con más fuerza
La economía gallega repuntó un 1,9 % el año pasado, lo que supone una décima menos que la media de toda España, donde el producto interior bruto (PIB) registró un avance del 2 % antes de que el mazazo del coronavirus pusiese el mundo patas arriba. Según la primera estimación de la contabilidad regional publicada ayer por el Instituto Nacional de Estadística, solo cinco comunidades presentan tasas de crecimiento superiores a la media: Andalucía (2,1 %), Murcia, Comunidad Valenciana (ambas con un 2,3), Madrid (2,5) y Navarra (2,8).
Pese a ese menor dinamismo, Galicia sí consiguió avanzar en la senda de la convergencia, con un fuerte repunte del PIB per cápita, que subió hasta los 24.034 euros por habitante, un 3,7 % más, un alza solo superada por Navarra y que mejora en nueve décimas el promedio estatal. ¿Y cómo es eso posible? Pues porque, a diferencia de lo que ocurre en el resto del país, donde la población crece (375.000 personas en el último año y más de 3,4 millones desde el año 2000), en Galicia no solo no aumenta el número de habitantes, sino que cae (en cien personas en el 2019 y en casi 73.000 desde el pico alcanzado nueve años antes). Es decir, la riqueza de la comunidad se reparte cada vez entre menos gente, lo que facilita que el PIB per cápita suba con más fuerza y acelera la convergencia.
De hecho, esos 24.039 euros del año pasado suponen un 90,9 % de la media estatal (que se sitúa en los 26.438), mejorando en ocho décimas el nivel del ejercicio anterior y en más de doce puntos el dato del año 2000, cuando la brecha en la riqueza por habitante entre Galicia y España superaba el 22 %.