- Crecieron un 19,9% en el segundo trimestre, pese a haber bajado un 2,1% en el primero de 2023
- Dentro de la Unión Europea aumentaron un 8,4%, el nivel más alto de toda la serie histórica
- Por delante de España solo están Hungría, Letonia y Estonia en porcentaje de bancarrotas
España es el cuarto país de la Unión Europea (UE) donde más crecieron las quiebras de empresas en el segundo trimestre de 2022. En concreto, lo hicieron un 19,9% en relación a los tres meses anteriores, cuando había bajado un 2,1%, según datos de la Oficina Estadística Europea (Eurostat). Se trata del mayor incremento trimestral desde el primer trimestre de 2022.
En el conjunto de la Unión Europea el número de empresas que se declararon en quiebra subió un 8,4% entre abril y junio frente a los tres primeros meses del año. De este modo, se acumulan seis trimestres consecutivos al alza para alcanzar el nivel más alto de toda la serie histórica, que se remonta a al primer trimestre de 2015, advierten en Eurostat.
Por delante de España, solo se registraron más quiebras de empresas en Hungría (40,8%), Letonia (24,8%) y Estonia (24,6%), en tanto que las mayores bajadas se registraron en Chipre, que lo hizo un 48,5%, Croacia, un 23,6%, y Dinamarca un 15,9%.
Entre los países de la zona euro, el número de empresas declaradas en quiebra también se incrementó en el segundo trimestre respecto de los tres meses anteriores, con un aumento del 9%, el séptimo consecutivo. “Mirando específicamente las quiebras por actividad, todos los sectores de la economía registraron aumentos en el número de quiebras en el segundo trimestre de 2023 en comparación con el trimestre anterior”, señala Eurostat.
En consecuencia, los sectores con un mayor aumento proporcional en el número de quiebras fueron los servicios de alojamiento y alimentación (23,9%), transporte y almacenamiento (15,2%) y educación, salud y actividades sociales (10,1%). En comparación con el cuarto trimestre de 2019, previo a la pandemia, el número de declaraciones de quiebra en el segundo trimestre de 2023 fue mayor en la mayoría de los sectores de la economía. Los incrementos más significativos se produjeron en servicios de alojamiento y restauración (82,5%) y transporte y almacenaje (56,7%).
Por el contrario, en el segundo trimestre de 2023 solo hubo dos sectores de la economía donde el número de declaraciones de quiebra fue menor que en el cuarto trimestre de 2019 prepandemia: el industrial, con un descenso del 11,5%, y el de la construcción, que lo hizo un 2,7%.
Por otro lado, informó la oficina estadística, el número de empresas registradas en la UE durante el segundo trimestre de 2023 disminuyó un 0,6% respecto de los tres meses anteriores, cuando habían aumentado un 2%. En el caso de la zona euro, el dato creció un 1,1% entre abril y junio frente al alza del 2,1% del trimestre precedente.
Según los registros de Eurostat, Irlanda fue el país con mayor crecimiento de empresas registradas (50,9%), por delante de Eslovenia (30,2%) y de Alemania (9,6%), mientras que los mayores retrocesos se observaron en Polonia; con un 11,3%, Bulgaria; que lo hizo un 9,1%; y Dinamarca, que bajó un 9%. En el caso de España, el número de empresas registradas en el segundo trimestre disminuyó un 1,4%, después de aumentar un 7,9% en los tres primeros meses de 2023.
‘Persianazo’
Alberto Velasco, secretario técnico del REFOR (Registro de Economistas Forenses) del Consejo General de Economistas, puntualiza que hay que tener en cuenta que en España el número de concursos de empresas es comparativamente bajo en relación con otros países, “pues en nuestro país un porcentaje de empresa se cierran extra concursalmente, sin seguir el procedimiento establecido, y se acude al simple ‘persianazo’ o ‘cerrojazo‘. Es lo que se puede denominar como ‘economía sumergida concursal’, que no sale en la cifras, por lo que el número de concursos de acreedores de empresas en España, comparado con otros países, no es elevado, sino más bien bajo”.
Por otro lado, Velasco señala que hay que tener en cuenta que la moratoria concursal en España -no había obligación de declarar concursos tras la Covid- estuvo presente hasta finales de junio de 2022, y que, además, nuestro país fue uno de los que más tardaron en retirar dicha moratoria, “por lo que se creó una especie de ’embolsamiento’ o acumulación de insolvencias que no había obligatoriamente que declarar, y que puede explicar en buena parte que en el último trimestre de 2022, y los trimestres de 2023, se hayan incrementado los concursos de acreedores”, comenta.
“Por otro lado”, añade el economista forense, “hay que fijarse también en que llevamos unos años complicados, con una coyuntura muy desfavorable agravada por asuntos globales no esperables, como el Covid, elevada inflación, subida de tipos de interés, guerra de Ucrania, que lo complican todo y tienen una gran incidencia en las empresas”.
Velasco puntualiza, apoyándose en datos de Registradores publicados el pasado mes de agosto, también referidos al segundo trimestre, que no se observan crecimientos exponenciales en los concursos de las personas jurídicas. “Si se aprecian, en cambio, en las personas físicas y los autónomos para tratar de conseguir la segunda oportunidad, herramienta que se va conociendo e impulsando, y que se ha modificado tras la reforma concursal”.
La ley de segunda oportunidad a la que hace referencia el experto es un procedimiento legal que permite cancelar deudas a personas físicas en situación de insolvencia. Esta ley esta pensada para que particulares y autónomos que no pueden hacer frente a sus obligaciones de pago eliminen total o parcialmente sus deudas y tenga la oportunidad de empezar de cero, tal como explica el portal www.conceptosjurídicos.com.
Las cifras de Registradores de España, a las que alude Velasco, revelan que mientras que la variación entre 2023 y 2022 en los concursos de acreedores en las empresas o sociedades fue del 18,28%, en el caos de los autónomos ascendió hasta el 161,25%.
Por su parte, el economista Javier Santacruz, ahonda en la misma tesis que Velasco cuando explica que que “nuestra situación con respecto a la europea está totalmente determinada por la moratoria concursal que se declaró durante la pandemia, y que ha durado hasta dos años después, con una modificación entre medias muy relevante de la normativa; que ha sido la Ley Concursal”.