España, entre los países que más grava los gastos productivos de las empresas

La Hacienda española solo permite deducir el 61% del coste de capital
La media de los países de la OCDE si sitúa en torno al 70%
Si no se deducen, Hacienda eleva la base imponible artificialmente
Foto: Archivo.

España es uno de los países de la OCDE que más penaliza la inversión interna de las empresas para mantener su operatividad. La Hacienda española solo permite deducir el 61,3% de los costes de capital, aquellos que incluyen los gastos en mantenimiento de inmuebles, maquinaria o amortizaciones de intangibles. Sin embargo, algunos países de la OCDE ofrecen bonificaciones de hasta el 100% para evitar imputar unos beneficios artificialmente elevados. La media de deducciones por estos gastos en la OCDE alcanza el 70,7%, 10 puntos por encima de lo que permite la normativa española. Así lo muestran los informes elaborados para la Comisión Europea por las consultoras ZEW y PwC sobre tipos efectivos y los datos de fiscalidad internacional recogidos en las guías de Bloomberg Tax y EY.

“Aunque a veces se pasa por alto en las discusiones sobre impuestos corporativos, la recuperación del coste de capital juega un papel importante en la definición de la base imponible de una empresa y puede afectar estas decisiones de inversión, con consecuencias de largo alcance”, explican Lisa Hogreve y Daniel Bunn, fiscalistas de la Tax Foundation. “Cuando a las empresas no se les permite deducir totalmente los gastos de capital en términos reales, realizan menos inversiones de capital, lo que también reduce la productividad y los salarios de los trabajadores”, añaden. “Por lo tanto, se debe permitir que las empresas deduzcan por completo sus inversiones de capital en términos reales, ya sea a través de gastos totales o recuperación de costos neutral”, destacan.PUBLICIDAD

Si no se tienen en cuenta las amortizaciones y la maquinaria, la base imponible se eleva

Las deducciones sobre los costes de capital se han articulado en el Derecho Tributario internacional para evitar que las agencias tributarias imputen unos beneficios más elevados de la realidad. Si no se tienen en cuenta las amortizaciones y las inversiones en maquinaria o mantenimiento de las empresas, la base imponible se eleva.

La recuperación de estos gastos varía entre los países de la OCDE. Desde el 100 % en términos reales en Chile, Estonia y Letonia hasta solo el 49,6 % en Nueva Zelanda y el 58,0 % en Colombia -que abarca edificios industriales, maquinaria e intangibles-. Precisamente, en el último año, muchos países de la OCDE cambiaron sus reglas de asignaciones de capital debido a la pandemia. El Reino Unido realizó el único cambio importante en las reglas en 2021. El Gobierno británico aprobó una deducción del 130% para “planta y equipo” para rebajar la base imponible a las empresas del país.

En promedio, las empresas de la OCDE pueden recuperar el 70,7% de las inversiones de capital en términos reales. Las inversiones en maquinaria gozan del mejor trato fiscal, con una media OCDE del 87,2%. Sin embargo, en España, las deducciones por inversión en maquinaria apenas llegan al 77,9%. Por otra parte, las amortizaciones de intangibles gozan de una deducción del 77,5% de media en la OCDE. En España, solo del 73,8%. Cuanto menos permite la normativa deducir, más subestima los costos comerciales reales e infla las ganancias imponibles, gravando efectivamente unas ganancias que en realidad no existen.

En el año 2000, las empresas pudieron recuperar en promedio en la OCDE el 70,4% de los costes de inversión de capital. En los últimos 22 años, hubo una disminución gradual, aunque volvió a aumentar a partir de 2018.

“Cualquier sistema de recuperación de costes que no permita la cancelación total de una inversión en el año en que se realiza, niega la recuperación de una parte de esa inversión, infla los ingresos imponibles y aumenta los impuestos pagados por las empresas”, apuntan Lisa Hogreve y Daniel Bunn en su último informe sobre los costes de capital. “Las asignaciones más bajas aumentan el coste del capital, lo que conduce a una inversión más lenta y una reducción del stock de capital, lo que repercute en bajadas de la productividad, el empleo y los salarios”, añaden.PUBLICIDAD

Beneficio empresarial

La poca deducción de los costes de capital se suma a que España grava los beneficios empresariales 4,5 puntos por encima de la media de los países europeos de la OCDE. El país tiene un tipo impositivo integrado sobre las ganancias de las empresas -que incluyen los dividendos- que llega al 44,5%, mientras que la media de las economías del entorno se sitúa en el 40%. De esta forma, el país se sitúa en los puestos de cabeza de la OCDE, al nivel de los países nórdicos, en gravamen del beneficio empresarial. En la mayoría de los países europeos de la OCDE, los beneficios empresariales se gravan dos veces, una a nivel de la compañía y otra a nivel de accionista. El tipo integrado se calcula incluyendo al tipo normativo una serie de variables.

Europa rebaja Sociedades

España es el único país europeo que sube el Impuesto sobre Sociedades sin esperar, además, al tipo mínimo del 15% para las multinacionales que prepara la Comisión Europea para todos los Estados miembros. El Gobierno ha decidido no esperar a la decisión europea para armonizar la medida y ha establecido por su cuenta un tipo mínimo del 15% para las empresas que facturen más de 20 millones de euros. Moncloa opta así por elevar la presión sobre las medianas empresas, ya que el proyecto europeo estudia este mínimo para sociedades que facturen más de 700 millones de euros. El Ejecutivo no aclara aún que hará cuando se apruebe el tipo mínimo europeo y baraja la opción de mantenerlo además del que establezca la Comisión Europea. Esta situación contrasta con la del resto de economías europeas, que han aplicado rebajas en Sociedades en los últimos ejercicios. Los últimos países en rebajar la fiscalidad de la empresa son Austria, Francia, Holanda, Polonia y Suecia.

Vía:https://www.eleconomista.es