El dato interanual es el peor desde mayo, tras un descenso de las ventas respecto a diciembre del 7,6%
La tercera ola del coronavirus, registrada en los meses de enero y febrero, las consiguientes restricciones de horarios y movilidad y la situación económica han devuelto al comercio minorista a los peores tiempos de la pandemia. El índice de ventas al por menor calculado por el INE se ha desplomado un 7,6% en enero respecto a diciembre, ampliando su descenso interanual hasta un 9,5% (corregido de efectos estacionales, sin los que el descenso es del 10,9%).
Desde el mes de mayo, cuando la mayor parte de España estaba aún sujeta al confinamiento domiciliario, no se registraban cifras tan bajas. En diciembre de 2020 la variación respecto a 2019 fue de solamente un 8,5%. En términos mensuales se trata de la mayor caída desde el mes de abril, cuando se decretó la paralización de toda la actividad no esencial.
Los desplomes son de aún mayor magnitud si se eliminan las compras de alimentación, que son a grandes rasgos indpendientes del ciclo y de las restricciones y que suben un 2,1% sobre el año pasado (caen un 0,4% sobre diciembre). Así, las ventas de equipo personal, categoría donde el INE engloba los productos textiles, calzado y complementos, caen un 30,7% en tasa interanual y un 15,3% en tasa mensual. Las ventas de artículos para el hogar (muebles, electrodomésticos, tecnología) han capeado la pandemia mejor, condicionados los consumidores por el confinamiento y las limitaciones sociales: Aunque se hunden un 14,1% en términos mensuales, sobre enero de 2020 solamente bajan el 2,9%.
La pandemia ha alterado los hábitos de consumo también en el formato de compras. Las grandes cadenas de distribución capean la crisis con solidez, especialmente en comparación con las grandes superficies o las cadenas de menor tamaño. Las grandes cadenas (con más de 25 locales) apenas registran descensos del 0,5% sobre enero de 2020, aunque sus ventas caen un 5,1% interanual.
Pero lo pasan los hipermercados y grandes superficies. Estas tiendas (las que tienen más de 2.500 metros cuadrados) han perdido el 20% de sus ingresos sobre el año pasado (-17,6% en diciembre sobre enero). Una caída muy similar a la de las pequeñas cadenas (con menos de 25 tiendas), que bajan un 18,4% interanual y el 11,4% mensual. El comercio de proximidad o unilocalizado sufre algo menos: -9,3% en el año y -8,3% en el mes. La caída de ventas en las estaciones de servicio es, mientras, del 15,7% interanual, pero solo del 2,8% mensual, pues la movilidad ya estaba restringida en diciembre.
Por comunidades autónomas, los descensos son más abultados en las ciudades autónomas, muy castigadas por el cierre de la frontera terrestre con Marruecos (-25,8% en Melilla y -18,7% en Ceuta), y en los archipiélagos, hundidos por el cierre del turismo: en Canarias la caída es del 18,5% y en Baleares del 14,9%. Extremadura presenta un -16,9%. Por el contrario, Cantabria registra un descenso del 6,7%, Madrid un 6,9% y Galicia un 7,2%.
En cuanto al empleo, el uso intensivo de los ERTE sigue conteniendo la sangría de trabajadores. En lo que va de año el comercio ha perdido el 3,3% del empleo, según esta estadística, y en el mes, el 1,8%. Las pérdidas de empleo se ceocentran en las pequeñas cadenas (-8,3%) y las estaciones de servicio (4,3%). Las grandes superficies, que es donde más caen las ventas, es donde menos empleo se recorta (1,4%, frente al 2% de las grandes cadenas). El pequeño comercio registra caídas del 2,7%. Por comunidades, donde más baja es en Baleares y Canarias, con un 5,5% y un 8,3%, respectivamente.