Los ministros del PSOE desautorizan la reforma laboral de Díaz: “Hasta aquí hemos llegado con las formas de Yolanda”

Invalidan hasta nueva orden el documento remitido por la ministra de Trabajo a los agentes sociales

El secretario general de Comisiones Obreras (CCOO), Unai Sordo, y la vicepresidenta segunda, Yolanda DíazMARISCALEFE

«Hasta aquí hemos llegado con las formas de Yolanda. Así no se puede trabajar. A partir de ahora tiene que coordinarse». Así se lo han trasladado estos días a agentes sociales varios ministros del PSOE en estallido contra la vicepresidenta segunda. Dejan claro que no vale, que ha quedado desautorizado hasta nueva orden el documento confidencial de 29 páginas que envió Yolanda Díaz a empresarios y sindicatos titulado Propuesta Mesa Modernización 14 de octubre. Es el plan que limita la contratación temporal e impone rigideces para las empresas que. según fuentes gubernamentales del ala socialista, «debe ser retirado y revisado hasta que sea acordado internamente en el Gobierno».

La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, encabeza el movimiento del estallido, pero tiene de su lado a los ministros de Educación, Pilar Alegría, de Seguridad Social, José Luis Escrivá, y, siempre, la de Hacienda, María Jesús Montero. El propio Pedro Sánchez, desveló a los indignados el viernes en rueda de prensa en Bruselas fingiendo que elucubraba sobre la marcha: «La reforma laboral afecta a muchísimos ministerios. Ahora pensando… a Trabajo, Economía, Educación, Inclusión y Hacienda». Son los que reprochan a Díaz de enviar un documento a los agentes sociales no sólo sin consensuarlo antes con, al menos, ellos, puesto que afecta a sus competencias, sino que ni siquiera se lo remitió previamente. Cuando tuvo conocimiento, Calviño instó a Díaz a remitirle el documento que queda invalidado. La ministra de Trabajo reivindica sus competencias y se queja de las formas de la vicepresidenta primera. Es verdad que Calviño no estudió diplomacia precisamente, pero es lógico que una reforma tan clave para seguir recibiendo los fondos europeos sea trabajada en conjunto. Si no, sería el primer gobierno occidental en el que la ministra de Economía y jefa de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos no puede opinar de un asunto económico de primer orden como la reforma laboral.

Díaz no se arredra y, aunque cada vez asiste menos, dio la cara el viernes al asistir a la Comisión Delegada, aunque sin tratar el asunto del momento: la acusación del ala de Podemos a Calviño de «injerencia». La ministra sí lo hizo al día siguiente en el congreso de Comisiones Obreras fundiéndose en un significativo abrazo con Unai Sordo. El reelegido líder sindical tiene razón en negar lo que dijo Calviño de que sólo ha habido «contactos preliminares» con los agentes sociales, porque llevan hablando con Díaz desde antes del verano como bien sabe Antonio Garamendi, que la reprochó su «planteamiento marxista». Pero los documentos de Díaz presentan, al menos, dos problemas que Calviño considera que pueden ser contraproducentes y, además, decepcionar a Bruselas: retrocede en flexibilidad con tal de atacar la reforma laboral de 2012; y carece de sustancia, solidez y ambición para el futuro.

La ministra de Trabajo no plantea una derogación completa y no toca por ejemplo el coste del despido, pero sí retira elementos de flexibilidad al diluir el convenio de empresa, eternizar la negociación colectiva y restringir la contratación temporal. Quitar flexibilidad a las empresas sin siquiera crear al tiempo un marco atractivo para la contratación y unos ERTE modernos es muy arriesgado con un 15% de paro. Sánchez, que se reúne este lunes con el comisario Paolo Gentiloni, sabe que la UE quiere consenso -incluida CEOE- y ambición para poder presentar la reforma laboral del triste campeón del paro del euro como un caso de éxito de los fondos europeos.

Bien pero es el propio Sánchez el que, despachó esta reforma en el congreso socialista con el simplismo de poner «punto y final a la del PP». Envalentonó a Díaz que quiere buscar una relación bilateral con el jefe, según critican los ministros del PSOE. Esa relación funciona a veces, como en el SMI, pero se ha resquebrajado, de momento, ahora. La reforma laboral es caza mayor. Sánchez se juega los 13.000 millones del próximo tramo de fondos tras rozar ya los 10.000 millones este trimestre.

Hasta la recién llegada Pilar Alegría empieza a mostrar carácter y enseña los dientes a Díaz por no consultarla en formación laboral competencia del Ministerio de Educación. Fuentes gubernamentales aseguran que habrá acuerdo, pero hay ya dos efectos que debilitan aún más al Gobierno de la cuarta economía del euro: la preparación del terreno por parte de Díaz para culpar al PSOE de la dilución de la derogación; y, peor todavía, el estallido en el aparato económico del poder en tan delicada fase de la crisis. Nada menos.

Vía: https://www.elmundo.es/