Los fijos discontinuos que trabajan se desinflan mientras los apuntados al paro suman 93 .000 al año

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El pasado mes de agosto se saldó con 849.279 afiliados medios con un contrato fijo discontinuo, una cifra que supone un descenso de 14.471 asalariados, un 1,65% respecto al mismo mes del año anterior. Con ello suma dos meses consecutivos de retroceso interanual, algo que ocurre por primera vez desde la reforma laboral. El Gobierno se ha apresurado a esgrimir esta tendencia para dar por cerrada la polémica que rodea estos empleos, pero su sentencia obvia que los demandantes con relación laboral, categoría en la que el SEPE clasifica a los fijos discontinuos ‘inactivos’, han sumado en ese mismo periodo 92.891 efectivos, un 13%, y alcanzan un nuevo récord de 782.336.

En la rueda de prensa de la presentación de los datos de paro y afiliación, el secretario de Estado de Seguridad Social, Borja Suárez, celebró la “estabilización” de estos afiliados, cuya cifra supone el 5% del total de asalariados y el 6,6% de los que tienen un contrato indefinido. “Con esto ya deberíamos pasar o dar por cerrado todo el debate en torno a los fijos discontinuos”, llegó a afirmar.

El ‘debate’ al que aludía el número dos de Elma Saiz es doble. Por un lado, se refiere a la volatilidad de esta particular modalidad de contratos indefinidos, que según reflejan las propias estadísticas de Seguridad Social se ha multiplicado tras la reforma. Así, aunque estos suponen el 5,1% de los asalariados medios (frente al 2% de antes de la nueva legislación), su pase a la inactividad provoca el 19,7% de las bajas de afiliación, un porcentaje solo superado por la finalización de un contrato temporal. Antes del cambio legal este porcentaje apenas llegaba al 2%.

Es decir, su rotación laboral se ha disparado exponencialmente respecto a lo que ha hecho su peso en el empleo. Aunque habitualmente el foco se pone más en los datos de afiliación que se publican como saldos a último día de mes o en media mensual, lo que hace que la volatilidad diaria del empleo pase desapercibida, sobre todo en lo referente a sus desglose por tipo de contrato.

El pase a la inactividad es la causa del segundo pilar de la polémica. Se trata de una situación en la que el trabajo no concluye, sino que se ‘suspende’, si bien el empleado no cobra salario ni cotiza como afiliado hasta que vuelve a ser llamado. En ese tiempo puede inscribirse como demandante de empleo y solicitar una prestación por desempleo (si ha cotizado lo suficiente). Lo que ocurre es que no cuenta como parado registrado, sino como ‘demandante con relación laboral’ ya que el contrato no se ha extinguido.

Su incremento desde la reforma laboral explica la polémica sobre un supuesto maquillaje de las cifras de desempleo. En el último año, los parados registrados han descendido en 130.579 personas, mientras esta categoría de demandantes ha repuntado en 92.891. Si embargo, en 2023 hubo varios meses en los que los demandantes crecieron más de lo que se redujo el paro. https://flo.uri.sh/visualisation/19400976/embed

¿Maquillan los fijos discontinuos el paro registrado?

Variaciones interanuales en cifras.

Fuente: SEPE.

Un fijo discontinuos inactivo no se considera parado, sino demandante con relación laboral.

El Gobierno relativiza el impacto de estas cifras recordando que no todos los demandantes con relación laboral son fijos discontinuos inactivos, pero el Ministerio de Trabajo se niega a cumplir su propio compromiso de depurar las cifras. De lo que caben pocas dudas es de que todo el incremento en esta categoría desde la entras en vigor de la reforma laboral deriva de estas personas, ya que otras causas, como determinados supuestos de afectados por ERTEs, ya no tiene peso estadístico relevante que explique la distorsión de las cifras, como sí ocurrió durante la pandemia.

En todo caso, sí se aprecia es una moderación de la tendencia en el último año, que se puede achacar al hecho de que la afiliación de los fijos discontinuos se ha reducido. Pero entonces, ¿por qué los demandantes con relación laboral no se han frenado con la misma intensidad?

Una explicación es que hay más fijos discontinuos que al pasar a la inactividad han cotizado lo suficiente como para cobrar el paro les lleva a inscribirse como demandantes. Sin embargo, el número medio de perceptores mensuales de prestación de paro no solo no ha aumentado, sino que se ha reducido levemente en el último año, de 118.210 a 115.773 según los últimos datos del SEPE (aunque la cifra duplica la anotada en 2019).

Hay que tener en cuenta que el dato de prestaciones es una media mensual sobre el conjunto del año, que fluctúa enormemente de mes en mes ya que se trata de un colectivo marcado por un elevado volumen de pases a a inactividad pero también de llamamientos, marcados por el carácter estacional de la economía. Esto genera prestaciones de corta duración, pero cuya percepción también se ven interrumpida con mucha mayor frecuencia porque el trabajador vuelve a incorporarse al puesto.

Esto arroja una pregunta: ¿cuántos fijos discontinuos siguen apareciendo en los registros pese a haber sido llamados por su empresa? En ese caso interrumpan el cobro de la prestación, pero su demanda no se interrumpe automáticamente como sí ocurre con un parado (para el que se exige disponibilidad completa para trabajar). Hay que tener en cuenta que dicha demanda se renueva cada tes meses, lo cual puede llevar a que muchos fijos discontinuos se mantengan inscritos en los servicios públicos de empleo aunque estén activos, con lo cual se ahorran el trámite si vuelven a pasar a la actividad.

Esto no supondría un maquillaje del paro, pero complica el seguimiento estadístico de los datos. En cualqueir caso, que el Gobierno no publique unos datos (algo que, en teoría, debería poder hacer perfectamente a través del SEPE) que podrían rebatir las críticas implica que, o bien que no le interesa darlos a conocer o no tiene capacidad para desglosarlos.

Mientas tanto, la polémica sigue muy lejos de cerrarse y, de hecho, es fácil predecir lo que ocurrirá en los próximos meses. La previsión es que, como ocurre en 2022 y 2023, la cifra de demandantes con relación laboral y retroceda en septiembre y octubre para volver a dispararse a partir de noviembre y hasta febrero, cuando se reducirá hasta que en julio comience a repuntar. La evolución de la afiliación irá en sentido inverso.

Empleos ‘fijos’ marcados por la estacionalidad

Afiliados con contrato fijo discontinuo

Fuente: Tesorería General de la Seguridad Social.

Aunque si el incremento de la la afiliación sigue moderándose, no es descartable que en algún momento el número de demandantes con relación laboral llegue a superarla.

Así las cosas, los contratos fijos discontinuos van a seguir dando que hablar. Esperar que se ‘cierre’ porque la evolución de su afiliación se cierre, cuando el problema tanto por la calidad de sus empleos como por la dispersión en las estadísticas de empleo.

Vía: https://www.eleconomista.es/economia/noticias/