La reforma laboral crea más de tres millones de contratos indefinidos ‘fantasma’

  • Seis de cada diez de los firmados no generaron empleo estable
  • Uno de cada tres son fijos discontinuos, que se disparan un 723%
  • Las empresas reducen sus previsiones de contratación

Según los datos del propio Gobierno, en los nueve primeros meses de 2022 la afiliación de trabajadores con contrato indefinido sumó algo más de 2 millones de trabajadores. Paro ello hubo que firmar 5,2 millones de contratos, lo que supone que más de tres millones de ellos se ‘esfumaron’ sin crear empleo estable.

Aunque esta comparativa es discutible, porque mezcla la media de afiliación con la del registro ‘bruto’ de contratos, es la que utiliza el Ministerio de Trabajo para presumir de la calidad del empleo indefinido que ha creado su reforma. Y es cierto que la proporción de ‘contratos en falso’ es mucho menor que en años anteriores.

Pero lo que se omite es que el número real de personas que firman un contrato fijo se ha disparado con la reforma, con lo cual la cifra de las que ven que su empleo no ‘cuaja’ es exponencialmente mayor.

El aumento de la contratación indefinida se ha hecho por la vía de suprimir los contratos temporales por obra y servicio, pero sin más reformas que fomenten el empleo estable en un país cuyas empresas dependen históricamente de la temporalidad.

No son pocos los expertos, como el socio de Gómez, Acebo & Pombo Ignacio del Fraile, que ven una señal “inequívoca” de este desajuste en el auge de los despidos y las extinciones en periodo de prueba. Además advierten de que muchas empresas frenan sus decisiones de contratación en un escenario de incertidumbre económica agravado por la rigidez de la nueva norma. Algo que puede tener efectos en la próxima campaña Navideña

Esta situación explica que el incuestionable récord de contratos indefinidos se apoye en un repunte de las modalidades de peor calidad en términos de salario y estabilidad, como es el caso de los fijos discontinuos. La contratación indefinida ordinaria a tiempo completo ha caído 30 puntos respecto a los datos de 2019.

Para crear un empleo indefinido ordinario y a tiempo complejo, la proporción de contratos fue de 2,2 y uno a tiempo parcial de 2,6. Pero para un fijo discontinuo se sitúa en el 3,2. Dicho de otra forma, solo un tercio de estos contratos se tradujo en un incremento real del empleo en lo que va de año.

Una reforma que rebaja el empleo fijo

En 2019 el número de contratos fijos ordinarios por afiliado era del 3,4, pero esto suponía que los ‘contratos fantasma’ eran 140.000. En 2022, con una ‘mejora’ del índice hasta el 3,2 se han multiplicado hasta los 1,1 millones. Un 723% más.

En el caso de los indefinidos ordinarios y a tiempo parcial también se produce un incremento sustancial, y llegan a los 1,2 millones y los 809.653, respectivamente. Pero partían de magnitudes previas muy superiores y el incremento respecto a 2019 es de 62% y del 72%.

Estos resultados afectan a la percepción del contrato fijo discontinuo, cuyo peso en la contratación crece mes a mes, pero con un impacto en la creación de empleo real mucho más modesto de lo que sus cifras deberían arrojar y que lo que han obtenido las otras modalidades de contratos indefinidos.

De hecho, la figura ha pasado de ser el contrato estrella de la reforma a una figura objeto de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, que ha hecho varias campañas, aunque con la legislación anterior, de 2012. De momento no se conocen los resultados de las indagaciones sobre el fraude detectado bajo la nueva norma.

Y eso que los datos del Gobierno tienen carácter acumulado, corresponden a los 9 primeros meses del año. Esto ‘maquilla’ en cierta forma la volatilidad registrada por estos contratos. Si utilizamos su misma, y cuestionable metodología, pero la aplicamos en términos mensuales, vemos que su capacidad de crear empleo es muy irregular y varía mes a mes.

Esto se debe a que se destinan a empleos estacionales, principalmente del sector turístico, con lo cual más que una puerta de entrada a la contratación indefinida y las ventajas asociadas en términos de salario y derechos generados por cotización, supone un sustituto para los empleos temporales que tenían un carácter recurrente. Aunque tiene sus ventajas para el trabajador.

Los expertos se posicionan

Ana Escribá, directora del Grado en Derecho de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), confirma que las características principales de los fijos descontinuos “no se han modificado” con la reforma laboral.

Esta experta, recuerda que la principal ventaja de los fijos discontinuos es la indemnización por despido en caso de despido normal o si el “llamamiento” para volver a ocupar su puesto no se produce. Una contraprestación mucho mayor que la recibe un trabajador con contrato temporal al finalizar su empleo.

Pero no recibe nada en caso de que se produzca la interrupción de la actividad. Esto lleva al investigador Marcel Jansen de Fedea a asegurar que detrás de esta evolución se encuentra el hecho de que “la sucesión de recontrataciones de temporales ha sido sustituida por el rellamamiento de los contratos fijos discontinuos”. Es decir, que se está trasvasando la rotación de las actividades temporales a la contratación indefinida.

Por otro lado, las empresas no se sienten cómodas con la figura del fijo discontinuo. “No les gusta”, explica Del Fraile, que advierte de las numerosas dudas legales sobre esta figura. La primera es que se utiliza como “comodín” que oscila entre varios puestos, en ocasiones incluso fuera de lo que la legislación establece, algo que enlaza con la preocupación de Trabajo.

La segunda es que muchas empresas tienen límite de su plantilla estable. “Los contratos temporales no afectaban a este tope, pero los fijos discontinuos sí”, incide. Es decir, que puede haber casos en los que la contratación de eventuales fijos puede penalizar la de los ordinarios.

Vía: https://www.eleconomista.es/