- Todavía solo incluye el 50% del beneficio potencial de los fondos europeos
- Además teme que el coronavirus haya dejado daños permanentes
Pese a la mejora de las perspectivas publicadas por el Banco de España, todavía la economía se enfrenta a varios desafíos que pueden provocar el frenazo de la recuperación. Más allá de la evolución de la pandemia, los economistas de la institución ponen el acento en la respuesta del consumo, advirtiendo de los efectos negativos que podría tener una subida de impuestos. Además, siguen desconfiando de la capacidad del Ejecutivo para absorber las ayudas movilizadas desde Europa.
La economía española está lanzada para que durante el segundo semestre acelere y en 2022 alcance velocidad crucero para terminar el año recuperando el PIB los niveles previos al covid. Pero pese a que el Banco de España ha mejorado sus perspectivas para la economía española, no ha escondido los escollos a los que se enfrenta el país. El primero es más que obvio. La evolución de la pandemia definirá el futuro del país. “Subsisten los temores acerca de la posibilidad de que la elevada circulación del virus en amplias regiones del mundo pueda dar lugar a la aparición de nuevas variedades que sean resistentes a las vacunas, lo que, en la medida en que comportara un mantenimiento de las restricciones a los viajes”, destaca el informe de previsiones del Banco de España.
Para la economía española sería fatal para el sector turístico mundial y del que depende parte del éxito de la salida de la crisis. El sector aportó casi el 12% del PIB y más del 13% del empleo total que se generó en España en 2019. “La estructura productiva del país descansa en mayor grado que en otros países sobre el turismo, y esa importancia se acrecienta ante la inminencia de la temporada alta estival”, comentan los economistas del Banco de España.
El director general de Economía y Estadística del organismo, Óscar Arce, ha señalado que todavía el turismo y las exportaciones que genera, con la llegada de visitantes extranjeros, se mantendrá a un 50% por debajo del nivel de 2019. Pese a ello, la economía española crecerá al 6,2%, el ritmo más elevado de la zona euro. Pero para alcanzar con esta objetivo deberá cumplir con lo objetivos de inmunidad contra el virus. Las proyecciones oficiales consideran que hacia finales del mes de agosto estará vacunado el 70% de la población española, lo que permitiría que, a partir de entonces, se dieran nuevos pasos en el levantamiento de las medidas de contención hasta su total desaparición, a finales de 2021.
Será clave el comportamiento del ahorro acumulado
La pandemia ha llevado aparejado un repunte muy elevado de la tasa de ahorro de los hogares al producirse una reducción sustancial de su gasto corriente. Una parte de este aumento tiene un carácter forzoso, en la medida en que responde a la imposibilidad de consumir determinados bienes y servicios mientras lo impedían las medidas de contención de la pandemia. Otra parte se debe a un comportamiento más precavido de los hogares en un contexto de incertidumbre.
Las tasas de ahorro alcanzadas han sido históricas y las instituciones cuentan con que vuelvan a inyectarse a la economía. Arce ha explicado que el Banco de España prevé una reducción relativamente lenta de la tasa de ahorro desde los elevados niveles alcanzados en la crisis, “los hogares podrían decidir mantener un nivel de ahorro más elevado del habitual durante un período prolongado”. Desde el Banco de España ponen de ejemplo si las familias perciben un deterioro de sus perspectivas de ingresos “por las cicatrices relativamente persistentes que la crisis actual o si anticipan futuras subidas impositivas, dado el elevado endeudamiento público actual”.
Pero “cabe la posibilidad de que este proceso se desarrolle de forma más rápida e intensa, e incluso que los hogares gasten una proporción sustancial de las rentas ahorradas desde el inicio de las restricciones”, ha señalado Arce. Es una de las grandes incógnitas de la actual crisis. Por supuesto cualquier contratiempo en la evolución de la pandemia frenará el consumo y la caída del ahorro.
Daños permanentes en la economía
El jefe de los economistas del Banco de España es muy precavido en la evaluación de la crisis del coronavirus. “Es demasiado pronto todavía para valorar si dejará efectos persistentes”, dijo ayer en la presentación, pero no oculta su preocupación porque haya destrucción permanente del tejido productivo o un aumento del desempleo de larga duración, una vez que desaparezca los esquemas de protección de empleo.
Mal empleo de las ayudas europeas
La ejecución y la capacidad para absorber las ayudas del fondo europeo de reconstrucción sigue preocupando al Banco de España. Reconoce que puede tener un efecto multiplicador, pero desconfía de que el Gobierno sea capaz de movilizarlos.
En estas proyecciones todavía se incorpora en torno al 50% del importe de los fondos europeos anunciado por el Gobierno para este año, considerando tanto los fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) como el denominado React-EU, que en conjunto suponen unos 27.000 millones de euros.
Prueba del impacto positivo de los fondos europeas supone de un punto porcentual en 2021, de 2,4 puntos porcentuales positivos en 2022 y de 1,8 puntos porcentuales en 2023, ha explicado Arce. Todavía el Banco de España no recoge el beneficio potencial de las ayudas. Para el conjunto del horizonte de proyección, la absorción se situaría ligeramente por encima del 80% de los fondos totales disponibles en forma de transferencias, concentrándose el mayor impulso en 2022. El Banco de España advierte de la importancia de la “efectividad de las políticas públicas para evitar estos efectos adversos, favorecer la reasignación de recursos y e impulsar la transformación estructural de la economía”.