Critican el plan de de fijar un máximo de 180 euros en el coste del megavatio hora al perpetuar el problema de precios altos. La CNMC avisa al Gobierno de problemas en el suministro si actúa al margen de Bruselas.
La propuesta de limitar a 180 euros el precio máximo del megavatio hora en el mercado mayorista de la electricidad diseñada por la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha caído como un jarro de agua fría entre industria, asociaciones de consumidores, el gestor del propio mercado eléctrico y hasta en el socio de Gobierno Unidas Podemos. Todos coinciden en señalar que la medida puede tener un efecto positivo a cortísimo plazo dado el actual precio del mercado, pero supondría a la postre dar por bueno y perpetuar un precio de la luz históricamente alto. De hecho, hasta el pasado 16 de septiembre el coste de la electricidad nunca había superado esa franja.
Ribera tuvo que reconocer ayer las intenciones del Gobierno después de que su homólogo portugués desvelara en el Parlamento que trabaja junto a España en un plan para capar el precio mayorista de la electricidad. Su idea es establecer un techo al mercado de 180 euros por megavatio hora, un 43% inferior a la media que está marcando el mercado este mes de marzo. La medida incluiría compensar a las eléctricas que operen centrales térmicas si demuestran que el precio al que compran el gas natural para generar electricidad está por encima de esa cifra.
Portugal y España tienen lista la medida y se la propondrán a otros países europeos en los encuentros de alto nivel que van a celebrarse antes del próximo Consejo Europeo. En caso de no hacerlo, volvió a avisar ayer Ribera, ambos países pueden actuar de forma unilateral para intervenir el mercado energético presionados por la industria y el campo.
Precisamente la industria que más luz consume fue la que ayer se lanzó en tromba contra la idea pregonada por la vicepresidenta energética. “Un coste de 180 euros por megavatio hora es una barbaridad inasumible para la industria. La solución pasa por sacar las centrales de gas del mercado eléctrico para evitar su impacto en el precio de la luz”, denuncian en la patronal de cementeras Oficemen.
Comparten opinión en la industria del papel o la siderurgia, donde las paradas de las fábricas afectan ya a casi la mitad de los centros de producción. “Si finalmente las medidas para abaratar la luz se quedan en limitar el precio máximo a 180 euros sería un fiasco. Esto favorece a las eléctricas”, señalan en las asociaciones industriales.
Las críticas se extendieron a asociaciones de consumidores como Facua, que tildaron el límite de 180 euros como “tomadura de pelo” al triplicar los niveles históricos del mercado, y llegaron al próximo Consejo de Ministros de la mano de Podemos. La ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, consideró que la medida es “insuficiente” y el portavoz del partido en el Congreso, Pablo Echenique, fue incluso más contundente. “La propuesta de Teresa Ribera de situar el tope en 180 euros por megavatio hora significa que la factura siga desbocada y las eléctricas forrándose”.
La presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC), Cani Fernández, evitó ayer valorar la propuesta de Ribera, pero sí avisó de los posibles efectos negativos de actuar al margen de Bruselas. “Hacerlo sin el apoyo de Bruselas no tiene mucho sentido. Si vamos por libre hay riesgo de que el gas se vaya a otros países”, advirtió durante una comparecencia en el Congreso de los Diputados. Más en El Mundo Destrozan la zona genital de la figura de una mujer desnuda en una falla de Valencia El Gobierno avanza que España y Portugal propondrán limitar el precio de la luz a 180 euros el megavatio hora
Otros expertos también mostraron sus dudas sobre la efectividad y legalidad del cambio pensado por España y Portugal. El propio gestor del mercado ibérico de electricidad aseguró que una medida de este tipo aplicada de forma unilateral podría “dinamitar la integración de los mercados mayoristas” en Europa y sobrepasaría las competencias energéticas de los Estados Miembros. De hecho, España tuvo que anular el pasado mes de julio ese límite por imposición europea.
También ve riesgos en establecer un precio fijo el ex ministro de Energía, Álvaro Nadal. El primero sería eliminar el incentivo a consumir menos energía y contribuir al ahorro energético, que justifica por ejemplo otras medidas como el pago por los derechos de CO2. Su segunda duda gira en torno a cómo van a reaccionar las eléctricas: “Si ponemos el precio en 180 euros por megavatio hora puedes pensar que las tecnologías inframarginales van a pujar todas a esa cifra. Sería fijar administrativamente el precio del pool, y esto puede perjudicar especialmente a los productores de renovables pequeños”, explicó ayer durante su participación en un acto organizado por la Fundación Naturgy.