El sector servicios y el agrario encabezan las alzas salariales en los convenios frente a la industria que se anota las menores subidas, en contra de lo habitual
El eterno debate en los mundos académico y político sobre los efectos de subir el salario mínimo, sobre todo sobre el empleo, sigue sin ser concluyente. Si bien, hay pocas dudas sobre su efecto para mejorar los salarios más bajos y los que están en los peldaños siguientes de las escalas retributivas de los convenios colectivos. Así, la última subida del salario mínimo interprofesional del 8% en 2023 hasta los 1.080 –que supone un incremento del 47% de esta renta en los últimos cinco años– ha dejado una imagen poco habitual del comportamiento de los sueldos pactados: las mayores subidas se registran en la agricultura y los servicios, que se anotan aumentos superiores a la media de la negociación colectiva, frente a la industria, que fue la actividad que ha pactado hasta abril alzas retributivas más bajas.
En concreto, el incremento salarial medio pactado para más de siete millones de asalariados hasta abril de este año fue del 3,14%, –el más alto desde 2008– . Y, por encima de esta media, la agricultura pactó un alza de sueldos media del 3,64% (para 313.502 trabajadores) y los servicios acordaron incrementos del 3,24% (para 4,4 millones de empleados). Por el contrario, construcción (3,02%) pero, sobre todo, la industria, es el sector que, pese a ser el que mantiene siempre los salarios más altos, está registrando los menores incrementos pactados (2,87%) .
Según las fuentes patronales y sindicales consultadas, el nuevo incremento del salario mínimo estaría detrás de este comportamiento de las subidas salariales. Así, a medida que el salario mínimo sube va llegando a más trabajadores. Así, hace apenas cinco años, el salario mínimo era de 700 euros al mes y afectaba a alrededor de 250.000 trabajadores, pero según se va elevando esta cantidad, los sueldos mínimos legales van afectando a más personas hasta el dato actual (1.080 euros al mes en 14 pagas) que habría llegado a afectar a cerca de 2,4 millones de asalariados, según ha calculado el propio Gobierno. En la mecánica de la negociación colectiva, esto hace que los sectores con muchos trabajadores con salarios que se quedan por debajo del salario mínimo, deben acometer mayores subidas salariales para cumplir con el salario mínimo legal y esto eleva automáticamente también las franjas salariales inmediatamente superiores en la negociación.
De ahí que pese a ser actividades, con empresas más pequeñas y trabajadores menos organizados sindicalmente, la propia adecuación de los salarios más bajos al mínimo legal eleva las subidas salariales en esos sectores. Es el caso, por ejemplo, del comercio, con un avance salarial pactado del 3,5% hasta abril (para 862.159 trabajadores) o la hostelería, que registra el incremento salarial medio de toda la negociación (3,1%, para más de 900.000 empleados). Aunque en los servicios son las actividades de mayor valor añadido, como los servicios profesionales, científicos y técnicos los que se anotan mayores subidas (4,64%), lo que apunta en estos casos a que, en lugar de la presión al alza del salario mínimo, estaría siendo una mayor productividad el motivo de estos mayores incrementos salariales, algo que también estarían tirando de incremento salarial medio de todos los servicios.
Por el contrario, los sectores industrializados están este año teniendo menores avances salariales, aunque sigan teniendo los salarios más altos: 2.586 euros brutos al mes al final de 2022, frente a 2.216 euros del sector servicios, según datos de la Encuesta de Coste Salarial del INE. Los motivos de este menor avance en la industria son el menor peso de los salarios mínimos; por ejemplo, “en el metal, incluso los salarios de entrada son superiores al mínimo”, indican desde su patronal Confemetal. Y, en segundo lugar, los sueldos en la industria suelen estar más ligados a la productividad que en el resto de los sectores, y en el último año dicha productividad no ha sido muy alta, indican fuentes empresariales. No obstante, este menor incremento salarial pactado se verá compensado por la aplicación de las cláusulas de garantía frente a la inflación, ya que más de la mitad de los trabajadores de la industria tiene esta salvaguarda, frente a solo el 17% de los del sector servicios y prácticamente ninguno del sector agrario.