Europa se refiere a los gastos recurrentes que se repiten año a año
a Comisión Europea sorprendió a muchos el miércoles. Bruselas calificó de “contractivos” unos Presupuestos españoles que firman el mayor gasto de la historia, al tiempo que daba luz verde a las cuentas y tiraba de las orejas a los italianos por las suyas. ¿Cómo puede ser? ¿Son los Presupuestos Generales de Sánchez para el año que viene tan rigurosos con el gasto público como dice Europa?
La contabilidad tiene siempre respuesta para todo. La cuestión está en que Europa se refiere a los gastos recurrentes, aquellos gastos del Estado que se repiten de año a año y, por lo tanto, son previsibles. La nómina de empleados públicos, pagos de electricidad, y asignaciones fijas estipuladas por ley son ejemplos de este pasivo. En las cuentas presentadas ante Bruselas sí aparece este recorte en esos gastos. Según el documento, en términos cualitativos, varía su composición, con un importante descenso en los gastos corrientes frente a lo presupuestado en 2021, frente a un aumento de los gastos de capital.
Aquí está el asunto esgrimido por Bruselas. Deja de lado las inversiones, que las ve con buenos ojos siempre y cuando se destinen el año que viene a lo que Europa quiere, y aplaude ese recorte del gasto corriente. El Presupuesto consolidado de gastos asciende a 527.108 millones de euros. Las dotaciones para operaciones no financieras se elevan a 427.012 millones de euros, que representan el 81 por ciento del presupuesto consolidado de gastos. De esta forma, el presupuesto total disminuye un 4,2% en comparación con el ejercicio anterior. Si se excluyen los 27.633 millones de euros correspondientes al PRTR, la disminución se sitúa en un 4,7%.
Otro de los puntos clave es la llegada de los fondos de ayuda europeos. Mientras que en buena parte de países de la eurozona el gasto corriente y las inversiones nacionales son los principales motores de la recuperación, en España lo será el uso de fondos europeos. Esto supone para Bruselas un cambio en su postura fiscal. La UE entiende que el Gobierno español apuesta por una política fiscal más conservadora y que en España la contribución que viene de la financiación de la UE es “muy alentadora”, al ser el primer país que ha solicitado el pago a la Comisión. España, junto con Bélgica, Francia, Grecia e Italia, está entre los países más endeudados de la zona euro. Mientras la Comisión aplaude la política conservadora de Sánchez, advierte a Italia, de que el límite al gasto corriente no es suficiente. Bruselas seguirá de cerca la evolución de la deuda y el déficit en estos países.
Bruselas pide prudencia
Este es otro punto clave. La Comisión Europea pide a España, a pesar de su aval a las cuentas, que mantenga una “política fiscal prudente” a la hora de adoptar medidas presupuestarias para apoyar la recuperación y le recomendó que esté lista para adaptar estas medidas si las circunstancias cambian.
Con las reglas de disciplina fiscal comunitarias suspendidas en principio hasta 2023, Bruselas no ha valorado si los presupuestos nacionales permitirán cumplir las metas de déficit o deuda como es habitual, sino que se ha limitado a hacer una evaluación general de las cuentas y la orientación presupuestaria. En general, el Ejecutivo comunitario insta a que en 2022 los países mantengan una política fiscal “moderadamente” de apoyo y que vayan girando gradualmente de las medidas de emergencia hacia inversiones enfocadas en la recuperación. Cree que las políticas deberían diferenciarse en función del ritmo de la recuperación y pide especial prudencia a los países con altos niveles de deuda.