El papel también sucumbe a la crisis de desabastecimiento mundial

XOSÉ CASTRO

as primeras señales llegaron de la mano de los microchips. La escasez de semiconductores paralizó industrias tan importantes como la automovilística o la tecnológica. Pero era solo la punta del iceberg. Algunas empresas empezaron a dar la voz de alarma a principios de verano. Estaba empezando a convertirse en un imposible llenar sus almacenes de cosas tan básicas y, aparentemente tan abundantes, como tornillos o cables. Y a partir de septiembre la cosa no ha hecho más que empeorar. Como si de un castillo de naipes se tratara, la escasez de materias primas se ha extendido como una mancha de aceite y amenaza a todo el tejido productivo. Faltan hasta váteres. También materiales para fabricar juguetes (a las puertas de una de las épocas de mayor consumo del año). Incluso encontrar algunas bebidas espirituosas se ha tornado en odisea.

Y otra de las industrias que no ha sido capaz de aguantar la embestida ha sido la del papel. Fuentes del sector gráfico aseguran que las empresas dedicadas a la impresión de libros se están encontrando con serias dificultades para acceder a la materia prima que sustenta toda su actividad: el papel. La subida de la factura de la luz tiene parte de culpa. Y es que, desde que la energía comenzó su particular rali en el mes de agosto, la cartera de estas compañías no ha hecho más que sufrir. Aseguran que desde el verano, la tarifa de papel ha ido creciendo a una media de entre el 2 y el 4 % cada quince días. Pero el susto llegó a principios del mes de noviembre, cuando de golpe y porrazo se encontraron con un incremento del 10 %.

Las cifras del Instituto Nacional de Estadística también apuntan en esta dirección. Según los datos publicados en el índice de precios industriales, a nivel nacional el precio del papel subió un 10,8 % en septiembre con respecto al mismo mes del año anterior. Y la cifra en Galicia fue todavía más abultada: un 36,1 %.

Este incremento del coste ha propiciado a su vez un desabastecimiento importante. Porque aseguran que, a la vista de que los precios suben cada poco y con la previsión de que seguirán aumentando en los próximos meses, son muchas las imprentas que han decidido hacer acopio y pedir más papel del habitual, provocando una importante tensión entre los proveedores y el consiguiente desabastecimiento de materia prima: «El papel estucado —que se usa para las páginas interiores de los libros— es imposible de conseguir. Nos dicen que hasta mediados de diciembre o principios de enero no nos mandan», resumen fuentes del sector.

No solo falta papel, también el cartón utilizado para fabricar las cubiertas de los libros. De hecho, tal y como explica el presidente de la Federación de Gremios de Editores de España, Patrici Tixis, las mayores dificultades se están produciendo en el cartón: «Sobre todo porque este tipo de impresiones antes se realizaban en China. Las dificultades y el incremento de los costes de transporte han hecho que ahora se hayan trasladado estos trabajos a imprentas europeas. Y esto ha provocado un cuello de botella dado el incremento de la demanda de estos encargos en las imprentas europeas».

Eso sí, los editores alejan los peores fantasmas y creen que se trata de una situación coyuntural que se podrá resolver en los próximos meses: «Es importante destacar que todos los lectores van a poder seguir encontrando libros en las librerías sin ningún problema».

Añade que actualmente, la impresión de la mayor parte de los libros que se comercializan en España se hace aquí: «La cuestión es el cuello de botella que se está produciendo como consecuencia del incremento de la demanda de la impresión de cartón. Todo esto obliga a los editores a hacer una planificación mucho mayor de la que teníamos antes», resume Tixis. 

Recuperación

Desde Ence también reconocen que la demanda de papel se ha recuperado de manera muy notable desde principios de año: «En Europa ha sido muy importante la recuperación en los segmentos de impresión y escritura y en las especialidades. En este mercado se han notado tensiones muy importantes durante todo el año; en este sentido, sí se ha vivido un incremento de precios», reconocen desde la papelera con planta en Pontevedra. Explican que algunos productores papeleros se han visto obligados a trasladar a sus precios los incrementos de costes que han sufrido las materias primas: «Ha subido el precio de la celulosa, pero también ha habido alzas recientes de gran calado en químicos y costes energéticos».

Las editoriales, obligadas a retrasar sus lanzamientos

Las que están padeciendo con mayor virulencia las consecuencias de la falta de esta materia prima son las editoriales. Muchas de ellas han visto cómo sus calendarios de publicación se han ido al traste por culpa de la falta de papel. La barcelonesa Norma Editorial fue una de las primeras en anunciar a sus lectores que algunas de sus novedades tendrían que retrasarse debido a «los problemas existentes con el suministro necesario para acometer las impresiones de los títulos programados para noviembre y diciembre».

Pero no es la única. Héroes del Papel también ha tenido que asumir algunos cambios de cara a los próximos meses: «En nuestro caso, los lanzamientos que eran para el mes de noviembre han sufrido un retraso de unas dos semanas», reconoce Fernando González, encargado del área económica y comercial de la editorial sevillana. La subida del precio del papel ha tocado de lleno a sus cuentas. Porque, asegura, hace dos semanas cerró dos pedidos con una subida de precio de entre un 15 y un 18 % con respecto al coste que venían pagando.

Tal y como explica, todas las imprentas con las que trabajaban ya les habían advertido en el mes de octubre que se estaba gestando un importante tapón de materiales. Y lo que es peor, según los vaticinios de muchos, este cuello de botella podría alargarse hasta finales del primer semestre del 2022: «Todo apunta que hasta junio seguiremos teniendo que lidiar con el problema. Sobre todo, para encontrar algunos tipos de papel. Depende también de cada imprenta, de si han sido previsoras y han hecho acopio», resume.

También reconoce que su tamaño ha sido para ellos un aliado: «Hemos tenido relativa suerte, porque al ser una editorial pequeña, las tiradas también son pequeñas y tenemos menos problemas de suministro. Pero me consta que hay editoriales grandes que sí están encontrando serios problemas».

Vía: https://www.lavozdegalicia.es