El abaratamiento de los carburantes y combustibles y la crisis del coronavirus llevan al indicador a su nivel más bajo en mayo en cuatro años
El Índice de Precios de Consumo (IPC) descendió en mayo hasta el 0,9%, dos décimas menos respecto al mismo mes del año anterior, lo que sitúa el indicador en la peor tasa negativa desde mayo de 2016. La caída se debe al abaratamiento de los precios de la gasolina y otros carburantes y el impacto de la crisis del coronavirus, según los datos publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El descenso del IPC ha sido menor al que se esperaba. Los cálculos apuntaban a una contracción de tres décimas hasta una tasa negativa del 1%, mientras que finalmente el recorte ha situado el indicador del consumo una décima por debajo de lo previsto. Con todo, el IPC acumula cuatro meses consecutivos de retroceso.
El abaratamiento de los carburantes provocó una caída del 8% en los precios del transporte. Además de los combustibles, también ha influido el segmento de la alimentación, que ha recortado su tasa interanual cinco décimas hasta el 3,5%.
En este apartado, el precio de los alimentos frescos se moderó con respecto a mayo de 2019 y se situó en el 5,4%, un punto y medio por debajo de la tasa de abril, influido especialmente por el abaratamiento de productos como el pescado y las carnes de porcino y ave.
El INE incluye también el denominado “grupo especial servicios Covid-19”, que recoge datos de indicadores como los servicios de alquiler, distribución de agua, electricidad o carburantes y gastos del hogar, cayó un 4%, cuatro décimas más que en abril. Esto se debió principalmente al encarecimiento de la electricidad, que acumula una tasa interanual negativa del 17%.
Los precios de la alimentación
De entre las mayores subidas registradas destaca el incremento del precio de las frutas (6,8% más que en abril). En cuanto a los descensos, legumbres y hortalizas frescas (3,6% menos) y pescado y marisco (2,3%) encabezan la tabla.
En el acumulado del último año, los productos alimenticios que más han subido de precio son las frutas frescas (16,3%); el azúcar (8,4%) y la carne seca o ahumada (+6,8%).