Draghi dice que para evitar una larga depresión hace falta aumentar la deuda pública y cancelar deudas de las empresas
Tras unos días tortuosos de turbulencias, Christine Lagarde lanzó la semana pasada un mensaje de tranquilidad a los mercados. “Los momentos extraordinarios requieren acciones extraordinarias. No hay límites a nuestro compromiso con el euro”, tuiteó la presidenta del BCE el pasado 19 de marzo. No eran solo palabras. El mensaje iba acompañado de un plan de compras de al menos 750.000 millones para este año. El organismo ya dejó entonces claro que las adquisiciones de deuda se harían con flexibilidad. Y las condiciones del programa dadas a conocer en la noche del miércoles confirman esa flexibilidad absoluta. Las primas de riesgo de los países del sur de Europa —los que se verían más beneficiados por la acción del eurobanco— han reaccionado en la mañana del jueves con bajas significativas.
El Banco Central Europeo (BCE) no aplicará los límites que en otros programas similares se había autoimpuesto a las compras de bonos de 750.000 millones con las que minimizar los efectos adversos de la pandemia del coronavirus. Este mensaje es un bálsamo para los mercados, que temían que, si no se levantaban esas restricciones, el organismo que encabeza Lagarde topara con dificultades para encontrar papel suficiente que comprar.
El mensaje ha llegado alto y claro al mercado de deuda. La prima de riesgo —el diferencial que paga un país para financiarse respecto a lo que hace Alemania, el considerado más seguro de la eurozona— caía en Italia y España este jueves en torno a diez puntos básicos, hasta el entorno de los 170 para Italia y 100 en España. Más importante aún ha sido el alivio para Grecia, con un bajón en su prima de riesgo de más de 50 puntos en un solo día. El bálsamo que llega de Fráncfort funciona: en las últimas semanas el riesgo de Italia y Grecia se había acercado peligrosamente a los 300 puntos básicos.
La intervención del BCE coincide con el primer pronunciamiento público sobre la crisis del coronavirus del hombre que presidió el organismo hasta el año pasado, Mario Draghi. En un artículo publicado en Financial Times, el italiano que navegó con éxito por las tormentas de la crisis del euro, considera ahora una “profunda recesión” como “inevitable”. Draghi cree que los planes de estímulo multimillonarios aprobados por los Gobiernos son “valientes y necesarios” y pide medidas para que sean apoyados.
“El reto ahora es cómo actuar con una fuerza y rapidez suficiente para evitar que la recesión se transforme en una depresión prolongada”, escribe Draghi. El antecesor de Lagarde manda un mensaje importante: es evidente que la deuda pública de los Estados va a aumentar como consecuencia de sus planes contra el virus. Ese no es ahora el problema fundamental. “Unos niveles de deuda pública mucho más altos van a ser algo permanente en nuestras economías, algo que irá acompañado de cancelación de deudas privadas”, alerta. Aumentar la deuda pública, recuerda Draghi, es algo que se ha hecho en periodos de guerras, y es algo que hay que hacer también en la situación actual.
Vía: elpais.com