La inflación y el desabastecimiento se unen a la preocupación por la deriva regulatoria en España en el Congreso de la Empresa Familiar
«¿Qué tal el suministro?» «¿Vas a tener que subir precios?». Las preguntas de los empresarios familiares, los que más empleo crean en el país, se repetían en corrillos en el centro Baluarte en Pamplona en torno a la presidenta de Coca-Cola European Partners, Sol Daurella, de Acciona, José Manuel Entrecanales, de Gestamp, Francisco Riberas, o de Alibérico, Clemente González Soler, entre otros asistentes.
Las respuestas de los protagonistas son de gran cautela: se disparan los costes de los fletes, ha subido la factura de la luz, no llegan a tiempo piezas en las fábricas…Problemas serios añadidos a la preocupación por la deriva de la cuarta economía del euro con incertidumbre regulatoria laboral y fiscal y sin noticias de los fondos europeos.
El sueño de una recuperación fuerte de la economía española en forma de uve se complica en el XXIV Congreso de la Empresa Familiar que reúne a algunos de los principales empresarios del país. Tanto es así que en la encuesta interactiva tradicional que el Instituto de la Empresa Familiar (IEF) somete a los centenares de empresarios asistentes fue concluyente: el 91% descarta «un aumento rápido de la actividad económica con una intensa creación de empleo a corto y medio plazo en España». Sólo el 9% la ven aún posible con los problemas de inflación y abastecimiento que se añaden a los ya arrastrados por la economía española. El 53% augura que, como mucho, habrá «un moderado aumento de la actividad con una limitada creación de empleo; y el 38% apuesta incluso que será frágil y sin aumento de plantilla.
El 58% señala que «el principal riesgo económico» es «la inflación y falta de suministro», pero el 20% señala a la «falta de reformas» y el 17% a la deuda pública. El maná de los fondos europeos que iba a fortalecer la recuperación en uve brilla por su ausencia. El 59% asegura que su empresa no ha participado aún en ninguna iniciativa de los fondos europeos Next Generation. «Hay que estructurar los fondos ya y que aparezcan las empresas familiares», subrayó Daniel Antoñanzas el presidente de la empresa navarra de solución de refrigeraciones Exkal.
«Antes de la pandemia éramos 700, ahora somos 600», expuso Juan Peral, presidente de Pikolinos.
El presidente del IEF, Marc Puig, reclamó ante el Rey, que inauguró el congreso, que no se pongan palos adicionales en las ruedas con la nueva reforma laboral. «Vamos a esforzarnos en seguir creando empleos de calidad y pedimos que nos permitan hacerlo, que no nos pongan condiciones peores que las de nuestros países vecinos con los que competimos».
Felipe VI, muy aplaudido en este foro, también hizo un guiño: «Sin duda, la capacidad y la voluntad de las empresas se multiplica cuando van acompañadas de un entorno que facilita la asunción de riesgos, la inversión y la innovación, la formación, la contratación de nuevas personas y la internacionalización. En este sentido, es preciso poner siempre de relieve la gran importancia de la colaboración público-privada».
El Rey recomendó, no obstante, que «el liderazgo empresarial vaya siempre acompañado de un compromiso social». En esa línea, el nuevo presidente de KPMG, Juan José Cano, apostó que «no habrá recuperación, ni crecimiento, si la prosperidad no alcanza a todos (…) La desigualdad genera pesimismo y, a su vez, alimenta el populismo que cuestiona las instituciones del capitalismo y de las democracias liberales, que han generado niveles de prosperidad no vistas con anterioridad».
Marc Puig marcó una diferencia de las empresas familiares con otras: «Debe generar beneficios, pero tenemos siempre presente el impacto que nuestra labor tiene en todos los grupos de interés y no sólo en nuestros accionistas».