2020 se comió 1.700 millones de horas laborales, el trabajo de casi un millón de asalariados en un año

  • La tasa de absentismo se disparó el año pasado al 7,1%, nuevo récord
  • La pérdida total de horas equivale a que 937.000 asalariados no trabajaron
  • El coste bruto para el conjunto de la economía de 36.900 millones de euros
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Absentismo’: abstención deliberada de acudir al lugar donde se cumple una obligación. El concepto que así define la Real Academia Española (RAE), aunque no siempre tiene su causa en razones injustificadas, se materializó en un récord histórico en 2020 a consecuencia de la pandemia y se tradujo en casi 1.700 millones de horas de trabajo perdidas.

Según el Informe Adecco sobre Empresa saludable y gestión del Absentismo, la pandemia derivó en un aumento de las horas de trabajo perdidas por incapacidad temporal (enfermedad común o accidente no laboral), así como por otros conceptos (por ejemplo, permisos para cuidar a familiares enfermos) u horas perdidas en el lugar de trabajo (faltas de suministros).

El problema para el estudio y la gestión del absentismo es que las estadísticas oficiales no proporcionan datos que midan el absentismo de forma directa. En España hay únicamente una encuesta oficial (la Encuesta Trimestral del Coste Laboral) que ofrece información sobre el número de horas trabajadas y no trabajadas y los motivos y sirve de estimación para las horas de absentismo, pero no existen estimaciones oficiales sobre los costes y la magnitud de este fenómeno, recuerdan desde Adecco, que han realizado el estudio bajo estas consideraciones:

Con esas estimaciones, el informe señala que la crisis sanitaria provocó que la tasa de absentismo en España se disparó el año pasado hasta el 7,1%, un nuevo máximo histórico. Utilizando datos oficiales sobre horas pactadas y horas no trabajadas por incapacidad temporal y otras causas, el estudio estima que en 2020 la pérdida total de horas laborables fue de casi 1.700 millones (sin incluir las no trabajadas por razón de Erte) frente a los 1.460 millones en 2019.

Teniendo en cuenta las horas pactadas anuales (1.801 horas por trabajador en 2020), los 1.700 millones de horas equivalen a que 937.000 asalariados no trabajaron en todo el año frente a los 814.400 asalariados que resultaron de ese cálculo en 2019, otro récord. Y si se considera el coste medio de cada hora de trabajo, esos mismos millones de horas no trabajadas representan un coste bruto para el conjunto de la economía de 36.900 millones de euros en 2020, lo que equivale al 3,3% del PIB.

15 jornadas laborales menos en un año

Desde 2014, la jornada anual pactada se mantiene estable, ligeramente por debajo de las 1.800 horas. En 2020, la jornada pactada media por trabajador y mes se incrementó levemente, hasta las 1.800,9 horas pero mantuvo el freno sobre la tendencia hacia la disminución de las horas pactadas; entre los años 2000 y 2014 las horas pactadas se redujeron todos los años.

Llevado a los sectores de la Industria, la Construcción y los Servicios, las horas pactadas pasaron de casi 1.920 horas por trabajador y año a cerca de 1.800 horas,  donde se mantienen desde entonces. En términos porcentuales, la tendencia implica una reducción de 6,4% en la cantidad de horas pactadas anuales mientras que en términos absolutos, esa misma reducción de 120 horas anuales equivale, considerando una jornada laboral estándar de 8 horas diarias, a 15 jornadas menos de trabajo al cabo de un año.

En términos porcentuales, esta tendencia implica una reducción de 6,4% en la cantidad de horas pactadas anuales mientras que en términos absolutos, esa misma reducción de 120 horas anuales equivale, considerando una jornada laboral estándar de 8 horas diarias, a 15 jornadas menos de trabajo al cabo de un año. Y es que cada vez factores sociales como una mayor valoración del tiempo de ocio o de la conciliación pesan más.

Echando la vista 20 años atrás, las horas extraordinarias han ocupado un espacio muy limitado y en los sectores económicos analizados, oscilaron entre un mínimo equivalente al 0,33% de las horas pactadas anuales en 2013 y un máximo del 0,52% en 2005.

El comportamiento de las horas extraordinarias está claramente vinculado con el ciclo económico. Así, ascendieron desde 2000 hasta alcanzar el máximo de 2005, cuando pasaron de menos de 9 horas anuales a prácticamente 10. Desde entonces, la tendencia empezó a decrecer y se ahondó con la crisis económica iniciada en 2008 hasta alcanzar un mínimo de 6 en 2013. En 2014, con el inicio de la recuperación, el número anual de horas extraordinarias comenzó a repuntar progresivamente, para llegar en 2019 a 8,7 horas anuales. Pero llegó la pandemia y en 2020 las horas ‘extra’ descendieron hasta las 6,6, el menor registro desde 2014. Como porcentaje de las horas anuales pactadas, las horas extraordinarias de 2020 fueron un 0,37%.

El año pasado se perdieron por absentismo un 40% más de horas que en 2000

El informe indica que la evolución de las horas no trabajadas por absentismo a lo largo de los últimos 20 años está claramente ligada al nivel de actividad económica. Si entre los años 2000 y 2007 estas mostraron un crecimiento casi sin interrupciones desde 65 hasta 85 horas por trabajador y año (con un incremento acumulado del 32%) coincidiendo con el comienzo de la anterior crisis económica, las horas perdidas por absentismo iniciaron una fase descendente año tras año y, de las 85 horas/año por trabajador en 2007 pasaron a 67 horas en 2013, un 21% menos.

De nuevo, con la recuperación desde 2014, las horas no trabajadas por absentismo volvieron a incrementarse, alcanzando en 2019 un nuevo (casi 26 horas más que en 2020 por trabajador). Pero si se compara el dato de 2019 con el de 2000, el resultado es “desalentador”, indica el informe: el año pasado se perdieron por absentismo un 40% más de horas que en 2000. Y es que, en 2020 las horas perdidas por absentismo llegaron a 108, marcando un nuevo máximo histórico. 

Tres cuartas partes del aumento del absentismo en 2020 se explica por el aumento de IT (enfermedad común o accidente no laboral), como efecto directo de la pandemia. Las horas perdidas por IT llegaron en 2020 a poco más de 80 horas por trabajador, cuando antes nunca habían superado las 68 horas. El resto se explica por un conjunto de motivos, entre los que destacan las horas no trabajadas por permisos y licencias (casi 10 horas, prácticamente el doble que la media entre 2000 y 2019) directamente ligados con la pandemia.

La misma senda de las horas no trabajadas por absentismo es la que siguió la evolución de la tasa de absentismo, aunque con una diferencia relevante que indica el informe: como el aumento de las horas perdidas por absentismo se produce al mismo tiempo que las horas pactadas efectivas cayeron, la tasa de absentismo dio un salto proporcionalmente mayor y, si en 2019 fue de un 5,5%, en 2020 fue de un 7,1%, otro nuevo máximo histórico. Se encadenan ya siete años consecutivos en que la tasa de absentismo presenta un incremento con relación al año anterior.

Vía: https://www.eleconomista.es