España tardará 5 años en recuperar su superávit exterior previo al Covid

La subida de las importaciones energéticas contrarresta la recuperación turística

Imagen de un carguero en uno de los principales puertos del mundo

España evita el riesgo de recaer en el que fue su gran problema antes de la crisis de 2008-2013: el déficit exterior. Ahora bien, según las últimas previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) mucho de lo ganado en los últimos años se perderá y costará hasta un lustro recuperarlo. En concreto, la institución con sede en Washington pronostica que el superávit por cuenta corriente de España será casi inexistente este año y el siguiente y sólo en 2027 volverá a presentar una cuantía semejante, aunque todavía inferior, a los dos puntos de PIB que presentaba antes de la crisis del coronavirus.

Fue en 2019 cuando dicho saldo positivo se situó por encima de los dos puntos de PIB, continuando así una positiva tendencia que llevó a nuestro país a dejar muy atrás los muy abultados desequilibrios exteriores que lo caracterizaron en la primera década del siglo XXI. Debe recordarse que en aquella época era el país del mundo, junto a Estados Unidos, que presentaba el mayor déficit por cuenta corriente del mundo en términos proporcionales (en relación al tamaño de su PIB).

Esos números rojos fueron desapareciendo en la década posterior hasta arrojar saldos positivos de hasta el 3,2% de 2016 o el ya mencionado 2,1% de 2019. Fue clave para ello las ganancias de competitividad que España experimentó frente a sus rivales en los mercados posteriores.

Pero con la epidemia y los acontecimientos que la han seguido todo cambió. España vuelve a enfrentarse a una inflación histórica, del 9,8% el pasado mes de marzo, mientras que la devaluación interna en sueldos, aplicada en años anteriores, está neutralizándose.

De hecho, es probable que se produzcan este año cuantiosos incrementos salariales que dañan aún más la capacidad de competir del sector exterior español.

Cabe preguntarse por qué se da esta situación considerando el buen comportamiento del turismo, una actividad que tiene una importancia decisiva en el equilibrio o desequilibrio de la economía de nuestro país con respecto al resto del mundo.

La muy reciente temporada de Semana Santa fue histórica para el sector y se espera un verano igualmente prometedor, ahora que las restricciones relacionadas con el Covid para desplazarse son prácticamente inexistentes.

Existe sin embargo, un problema que afecta a la balanza comercial (otro de los componentes de la balanza por cuenta corriente) en cuya rúbrica cada vez pesa más el alto precio de la energía, como pone de manifiesto los expertos de Caixabank Research. 

Problemas desde enero

 Ya en enero, el saldo comercial arrojó un déficit de 6.123 millones de euros, cifra que más que triplicó la del año anterior y que supone el peor registro en un mes de enero desde 2008. Aumentó tanto el déficit no energético como el energético por el mayor dinamismo de las importaciones frente a las exportaciones y, desde la entidad financiera, indican que se trata de una primera señal de que el saldo por cuenta corriente se reducirá significativamente en 2022, debido en buena medida al deterioro de la balanza energética por los mayores precios de la energía, una tendencia que se acentuará por la guerra de Ucrania.

Estos analistas no son los únicos que advierten la pérdida de fuelle del sector exterior español. Según el economista Javier Santacruz, si el análisis se extiende más allá del intercambio de mercancías, “teniendo en cuenta también los servicios -que publica el Banco de España-, estamos ya a las puertas de borrar el superávit por cuenta corriente que teníamos anualmente acumulado desde prácticamente 2012”.

 “Puede ser que recuperemos algo de superávit de la cuenta corriente en los próximos meses, sin embargo, ya en sí mismo reducirlo  prácticamente a cero, como el FMI ha pronosticado, o incluso llegar tener un ligero déficit por cuenta corriente es bastante preocupante”, añade.

De esta forma, Santacruz prevé, que de seguir así, el saldo exterior puede llegar a restar entre tres y cuatro décimas al PIB en el primer trimestre. 

Clara correlación

“Hay una correlación casi uno sobre uno entre incremento del déficit comercial y bajada del PIB trimestral”, señala a elEconomista.   

Por el contrario, debe también reseñarse que hay puntos de vista mucho menos pesimistas en cuanto al futuro que espera al sector exterior español. 

El director de Estudios de la Cámara de Comercio de España, Raúl Mínguez, cree que la contribución de este ámbito de la economía al PIB no va a ser negativa. “El superávit del sector servicios impulsado por la recuperación del turismo puede compensar la balanza comercial de bienes”, explica. “La perspectiva es que el shock inicial -derivado de la coyuntura económica- se concentre en estos tres primeros meses del año, pero que a lo largo del año haya una mejoría”, añade. El Fondo Monetario Internacional, advirtió la semana pasada, no obstante, que los efectos del conflicto aún son impredecibles en los próximos meses, sobre todo en lo que respecta al ámbito energético.

Vía: https://www.eleconomista.es