Las horas que los empleados trabajan desde sus casas no se contabilizan en ninguna parte
La crisis sanitaria del coronavirus, además de generar toda una avalancha de expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), ha llevado a muchas empresas, entre ellas grandes compañías, a aparcar temporalmente los sistemas de registro horario de la jornada de sus empleados, o como mínimo a relajarlos. Así lo aseguran fuentes de empresas de todo tipo de sectores empresariales, que admiten que el registro horario, como poco, se ha relajado en esta etapa de confinamiento, aunque las empresas evitan admitir en público qué prácticas informales han adoptado en este período.
Una empresa del sector financiero, por ejemplo, informaba hace algunas semanas por correo electrónico a sus empleados de que, en caso de no realizarse el registro horario, el sistema generaría por defecto la jornada diaria teórica. Esa comunicación también recordaba a los trabajadores que podían seguir registrando su jornada de manera diaria si así querían, pero que se había “suspendido” temporalmente la obligación de registrar diariamente su jornada como medida extraordinaria por el confinamiento provocado por el coronavirus.
En otra gran empresa, en este caso del sector del transporte, admiten que una parte del personal, la más relacionada con el negocio, sigue haciendo turnos más o menos estrictos, pero que el personal de tipo más administrativo, al trabajar desde casa, “hace lo que puede” y “se organiza” para tratar de sacar adelante su jornada laboral. “El control horario se ha relajado muchísimo”, admiten.
Y lo mismo sucede en una farmacéutica, aseguran fuentes de la compañía, que precisan que al no acudir ya a los servicios centrales de la empresa, y dado que el personal empleado allí está teletrabajando, se ha optado por la “autorresponsabilidad” a la hora de cumplir el horario laboral.
En cambio, desde una empresa multinacional del sector químico explican que, en su caso, la crisis del coronavirus no ha cambiado demasiado sus prácticas de controles horarios. “Los operadores de planta siguen fichando y hacen su jornada laboral, y el personal que hace teletrabajo registra manualmente su jornada”, añaden esas fuentes, mientras que una empleada del sector universitario también explica que sigue teniendo que completar una hoja de Excel para acreditar las horas que trabaja semanalmente, y confiesa que ahora está trabajando más horas incluso que antes.
No obstante, esos testimonios son minoría en la decena de empresas consultadas, que aseguran que el confinamiento, más allá de dejar paralizadas a miles de empresas en todo el país, ha tenido la consecuencia práctica de dejar relajada o un poco aparcada la obligación de registrar la jornada del trabajador, que entró en vigor en España el año pasado. Eso no quiere decir que los empleados estén trabajando menos horas desde sus casas, ya que algunas de las personas consultadas subrayan que ahora trabajan más horas que antes, aunque no se registren en ninguna parte.
Recuperar el tiempo perdido
Empleados de otra farmacéutica explican que su empresa les redujo recientemente el horario teórico semanal —de 40 a 30 horas— y que les dio fiesta dos semanas, las que incluyen la Semana Santa, pero que en la práctica están trabajando diariamente más horas de las estipuladas. Además, dan por supuesto que, pese a que les hayan dado días de fiesta, en la práctica continuarán trabajando para recuperar el tiempo perdido, una obsesión en muchas empresas, que ya empiezan a aconsejar a sus empleados que hagan turnos de vacaciones en meses diferentes, para que el mes de agosto no quede también perdido.
Un empleado de una gran empresa del sector de las bebidas que suele hacer trabajo de calle y ahora está teletrabajando comenta que ahora no tiene la obligación de fichar y cubrir un número exacto de horas cada día, pero que los medios telemáticos habilitados por su empresa ya permiten en la práctica controlar si está o no conectado.
Por otra parte, el director de tecnología e innovación de Pimec, Andreu Bru, explica que esta patronal tiene un servicio de registro horario que pone a disposición de sus socios para contabilizar horas de trabajo desde ordenadores o móviles. En febrero usaron ese servicio diariamente unos 89.000 trabajadores de empresas asociadas a Pimec, y en marzo esa cifra bajó a 77.000 usuarios, un descenso menos pronunciado del que cabría esperar, comenta Bru, quizá porque los datos solo recogen el efecto de medio mes de confinamiento.
Más allá de constatar que las pymes que no han cerrado aún usan sistemas de registro horario, aunque en menor medida, el directivo apunta que “las prioridades ahora son salvar a las empresas”, de forma que el espíritu que había detrás del registro horario, el de evitar horas extra, “ahora mismo no importa ni a empresarios ni a trabajadores, estoy convencido”, concluye.
Vía: https://elpais.com