Bruselas no exigirá el apoyo patronal en las reformas laboral y de pensiones

  • El Gobierno acepta contratos de tres meses para actividades de temporada
  • Sin cambios en la parte de los convenios de empresa y la ultraactividad
La titular de Trabajo, Yolanda Díaz. Getty

Aunque defiende la necesidad de pactar con los actores sociales, lo que la Comisión Europea evaluará a la hora de decidir si España recibe o no el tercer pago del fondo de recuperación la primavera del año que viene, cuyo tramo depende en parte de completar la reforma del mercado laboral, es que se hayan conseguido los objetivos incluidos en el plan nacional, no necesariamente cómo se haya logrado.

A nadie en Bruselas se le escapa el acalorado debate en España sobre la reforma laboral. Y nadie en Bruselas quiere inmiscuirse en una cuestión tan sensible, tan compleja y, sobre todo, tan volátil. Teniendo en cuenta el baile de posiciones en los últimos meses, no sería útil. Así que la Comisión Europea se pone de perfil en el debate nacional hasta que haya una orquesta concreta. “El gobierno quiere lograr una acuerdo con los actores sociales y nosotros lo apoyamos,” aseguró una alta fuente europea.

Así, la llegada de los fondos no tendría por qué verse condicionada a cómo se consiga la reforma, siempre y cuando cumpla con los objetivos pactados con Bruselas. Y aquí, el margen es amplio. El plan de recuperación es bastante vago en los términos, precisamente porque el gobierno pidió “espacio para el acuerdo y el apoyo de los actores sociales.” No es un secreto que en cualquier reforma de calado, en el sistema de pensiones o el mercado laboral, la Comisión prefiere que se cierre con el beneplácito tanto de los sindicatos como de la patronal. Entiende que así, y solo así, el acuerdo será duradero y además, se aplicará correctamente.

Aunque defiende la necesidad de pactar con los actores sociales, lo que la Comisión Europea evaluará a la hora de decidir si España recibe o no el tercer pago del fondo de recuperación la primavera del año que viene, cuyo tramo depende en parte de completar la reforma del mercado laboral, es que se hayan conseguido los objetivos incluidos en el plan nacional, no necesariamente cómo se haya logrado.

A nadie en Bruselas se le escapa el acalorado debate en España sobre la reforma laboral. Y nadie en Bruselas quiere inmiscuirse en una cuestión tan sensible, tan compleja y, sobre todo, tan volátil. Teniendo en cuenta el baile de posiciones en los últimos meses, no sería útil. Así que la Comisión Europea se pone de perfil en el debate nacional hasta que haya una orquesta concreta. “El gobierno quiere lograr una acuerdo con los actores sociales y nosotros lo apoyamos,” aseguró una alta fuente europea.

Así, la llegada de los fondos no tendría por qué verse condicionada a cómo se consiga la reforma, siempre y cuando cumpla con los objetivos pactados con Bruselas. Y aquí, el margen es amplio. El plan de recuperación es bastante vago en los términos, precisamente porque el gobierno pidió “espacio para el acuerdo y el apoyo de los actores sociales.” No es un secreto que en cualquier reforma de calado, en el sistema de pensiones o el mercado laboral, la Comisión prefiere que se cierre con el beneplácito tanto de los sindicatos como de la patronal. Entiende que así, y solo así, el acuerdo será duradero y además, se aplicará correctamente.

Por eso Bruselas sigue de cerca la negociación. Los equipos del Comisario de Economía, Paolo Gentiloni, y del Vicepresidente Ejecutivo, Valdis Dombrovskis, están en contacto con los ministerios de Trabajo, Economía y Hacienda, tanto a nivel técnico como político, vigilando al detalle, al tanto de los movimientos. El propio Gentiloni se reunió hace unas semanas en Madrid, por separado, con la vicepresidenta primera Nadia Calviño y la ministra de Trabajo y Vicepresidenta Segunda, Yolanda Díaz. Es consciente de las tensiones, pero se mantiene al margen.

Pero la Comisión no dará su visto bueno o marcha atrás hasta que no haya una propuesta legislativa concreta sobre la mesa. El cómo y el cuándo dependen del gobierno, pero algunos puntos, incluido precisamente la modernización de la negociación colectiva o la simplificación de los contratos, deben estar finiquitados a finales de año. Y Gentiloni, que aboga por la negociación con los agentes sociales de base, también entiende que las discusiones no pueden alargarse eternamente pero que cualquier acuerdo debe estar en línea con lo pactado en el plan de recuperación aprobado por Bruselas. En la reforma laboral, ha advertido en el pasado, esto pasa por lograr un equilibrio entre la flexibilidad que requieren las empresas, y la seguridad que exigen los trabajadores en un mercado laboral fragmentado y con una alta temporalidad.

Moncloa suaviza su postura

En busca de sumar a los empresarios a ese deseado acuerdo, el Gobierno presentó ayer una nueva propuesta en la mesa de negociación que supone una suavización de la posición en la temporalidad. Según informó ayer UGT tras la reunión, que respecto al artículo 15 del Estatuo de los Trabajadores, relativo a la duración de los contratos, y por tanto a la temporalidad, la nueva propuesta introduce “la posibilidad de que se hagan este tipo de contratos temporales en las actividades ocasionales con un máximo de 3 meses y se introduce unos topes de su utilización en función del tamaño de la empresa –un máximo del 4% en la gran empresa-, con un ajuste mayor para el sector de la agricultura”, uno de los sectores que más duramente se ha opuesto a la limitación de la temporalidad por las características estacionales de la actividad.

UGT puntualiza, que el texto presentado este miércoles en la mesa, mantiene la redacción anterior referente a los contratos fijos discontinuos, “verdadera apuesta para introducir los trabajos de temporada en la contratación indefinida”, en opinión del sindicato que dirige Pepe Álvarez.

No hay cambios en la Modificación sustancial de condiciones de trabajo

Pocos más cambios destacados, según el resumen de la reunió aportado por UGT. En los contratos formativos, se aclara que el periodo en el que se podrán suscribir será entre tres meses y dos años para los de alternancia, sin hacer distingos entre los distintos grados de formación, y de seis meses a un año para los contratos de adquisición de práctica profesional. Se unifica el periodo de prueba a sólo un mes.

No hay cambios en la Modificación sustancial de condiciones de trabajo (art. 41), de contratas y subcontratas (art. 42) ni en la negociación colectiva, sobre ultraactividad y los convenios de empresa.

Vía: https://www.eleconomista.es/