- El número de jóvenes empleados o que buscan empleo ha caído un 31% desde 2003
- El ratio vacantes/asalariados está en máximos históricos
- Hay una vacante por cada 100 asalariados en España
El mercado laboral español enfrenta un desafío crítico para las empresas: la dificultad en alinear la oferta y la demanda de trabajo. Esta particularidad del mercado laboral español se vuelve aún más sorprendente cuando consideramos que, junto con Grecia, España ostenta la tasa de desempleo más elevada en la Unión Europea. Cepyme publica este lunes el informe titulado El reto de las vacantes en España, resultado de un análisis continuado sobre el mercado laboral llevado a cabo por el servicio de estudios de esta organización. Este informe se encuentra relacionado con los datos obtenidos del Barómetro #LaPyme Habla, que se enfoca exclusivamente en la escasez de mano de obra. Según los resultados de este barómetro, el 71% de las pequeñas y medianas empresas pymes experimenta dificultades para cubrir sus vacantes de empleo y, sin embargo, tan solo el 44% están buscando empleados en este momento.
El desequilibrio existente entre la oferta y la demanda de mano de obra requiere una acción coordinada que involucre a múltiples Ministerios y organismos gubernamentales, dado que sus causas abarcan una amplia gama de aspectos, que van desde cuestiones demográficas, sociales y económicas hasta problemas educativos y de procedimientos.
La problemática de las vacantes laborales está empeorando en el mercado laboral español. Esta es una debilidad que afecta de manera significativa a las pymes, limitando su capacidad de expansión y crecimiento de personal. Muchas empresas se ven obligadas a renunciar a proyectos, posponer inversiones, cerrar unidades de producción, enfrentar dificultades para encontrar profesionales calificados e incluso poner en peligro la viabilidad de sus negocios.
En este sentido, el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, puso de manifiesto que “nuestras empresas, nuestra economía, no se pueden permitir que las empresas que pueden funcionar paren su actividad por no poder encontrar a los trabajadores que necesitan”.
Señaló Cuerva que al problema de las vacantes subyacen causas “estructurales” tales como la despoblación, cuestiones formativas, el envejecimiento de la población, y un desacoplamiento de las políticas sociales con las políticas activas de empleo, así como cambios sociales en cuanto a las expectativas de los jóvenes.
En España, el número de puestos de trabajo vacantes, que no han sido cubiertos a pesar de la demanda de las empresas, alcanzó un nivel históricamente alto durante el primer trimestre de este año, llegando a casi 150.000 puestos sin ocupar. Recientemente, ha surgido una controversia en la interpretación de estos datos entre el Ministerio de Seguridad Social, liderado por Escrivá, que respalda la idea de atraer trabajadores desde otros lugares, y la cartera de Trabajo, bajo la dirección de Yolanda Díaz, que desestima la importancia de este dato.
“Aunque el INE cifra las vacantes en el mercado laboral español en torno a las 150.000, estas son difíciles de cuantificar, especialmente entre las pequeñas empresas, ya que al tener menores recursos pueden destinarlos en menor medida a la búsqueda activa de trabajadores, lo que les conduce a que sus ofertas decaigan con mayor rapidez o a declinar la búsqueda de profesionales directamente por su incapacidad para tener éxito en el proceso”, apuntan desde Cepyme.
La OCDE apuntaba la pasada semana que una mayor movilidad laboral entre países con moneda única para solucionar un problema que, a la vista del veredicto del artículo, sucede a nivel comunitario. El Consejo Económico y Social (CES) defendió este año una postura similar a la que plantea la OCDE: mayor movilidad para cubrir vacantes con trabajadores desempleados; algo que también defienden desde Cepyme para mejorar la situación.
El informe advierte que la escasez de mano de obra está teniendo varias consecuencias negativas en el entorno empresarial español. Estas incluyen una disminución en la producción, una caída en la facturación, un estancamiento en la productividad, una menor competitividad para las empresas en España y una mayor dificultad en la transición generacional. En resumen, la falta de trabajadores está actuando como un freno en la actividad de muchas empresas.
Desde que se comenzó a elaborar la estadística oficial de vacantes en 2013 por parte del Instituto Nacional de Estadística, el problema del desajuste entre la oferta y la demanda de trabajo ha empeorado considerablemente, alcanzando un máximo histórico este año. En 2023, por primera vez, hay aproximadamente una vacante laboral por cada 100 asalariados, según lo indica el informe.
Actuar sobre la educación
Desde Cepyme, apuntaron en la jornada El reto de las vacantes en España, que no hay recambio para los “30 millones de personas que se van a jubilar en los próximos años” y piden a la Administración ponerlo en “agenda al máximo nivel” para hacer cursos de orientación laboral en los sectores con mayor demanda de puestos de trabajo.
Uno de los problemas notables en el sistema educativo español es la falta de alineación entre las habilidades y competencias que se enseñan y las necesidades reales de las empresas. Esta persistente desconexión entre la educación y el sector productivo se traduce en la dificultad de encontrar trabajadores calificados para ciertos puestos, la escasez de profesionales en áreas específicas, y en algunos casos, una sobrecualificación de personal en otras. Estas discrepancias generan distorsiones en el mercado laboral que requieren una revisión de los programas educativos, en colaboración con representantes de empresas y trabajadores, para adaptarlos a las demandas actuales y futuras del sistema productivo.
Además, debido a la evolución demográfica y al aumento de la población inactiva, el número de jóvenes que están empleados o buscan empleo ha disminuido en un 31% desde 2003. Esto se traduce en la pérdida de 761.000 jóvenes en el mercado laboral, lo que significa una pérdida promedio de 38.000 jóvenes por año (o casi 3.200 por mes) en los últimos 20 años.
Las preferencias de los estudiantes a la hora de elegir sus áreas de estudio pueden estar contribuyendo a un desajuste entre el perfil de los graduados universitarios y las necesidades reales de las empresas. Desde Cepyme apuntan a que es esencial abordar estas cuestiones para lograr una mejor integración entre la educación y el mercado laboral, asegurando que los jóvenes adquieran las habilidades y competencias necesarias para contribuir eficazmente al mundo laboral.